miércoles, 10 de noviembre de 2010

" Pasando el dato" - Mechismo

UN DULCE QUE SALVA VIDAS
Se dice por ahí que….
El nombre de los famosos dulces Salvavidas se debe a que la hija del inventor murió ahogada por un dulce sin agujero, lo que no le permitió pasar el aire mientras lo traía atorado en el cogote.
¡¡¡Falso!!!
No es raro tomar literalmente el nombre de productos populares. En realidad, la marca Life Savers nació por algo mucho más circunstancial: en 1912 Clarence Crane, quien era fabricante de chocolates de Cleveland, estaba en busca de alguna golosina que no se derritiera durante la época de calor. Cuando pensó en los dulces de menta que se importaban de Europa contrató a un farmacéutico que elaboraba píldoras para que diferenciara a las suyas de las originales; así surgió la idea de hacerles un hoyo en medio y por la forma se bautizó el producto como Salvavidas. En 1913 Crane vendió la marca a dos hombres de negocios neoyorkinos; uno de estos, Edward Noble, fue quien les dio la presentación que conocemos. Hoy en día los Salvavidas son fabricados por Kraft Foods y desde 2003 se fabrican en Canadá.
M&M’S. LOS ROJILLOS NO SON DULCES
En los 70 científicos de la Unión Soviética decidieron que el colorante rojo causaba cáncer. En esos años el colorante era algo muy común, lo encontraba uno en el helado, en el maquillaje y hasta en las cubiertas de las salchichas. Aunque nunca se le comprobaron los cargos al rojo por homicidio o causante de enfermedad, rápidamente cundió el pánico por el rumor de que el Colorante Rojo #2 era cancerígeno. El colmo se dio cuando la FDA (Organismo encargado de regular los productos alimenticios y medicamentos) lo prohibió durante diez años. Tras la histeria ocasionada por estas medidas, la compañía de dulces Mars se vio forzada a retirar por diez años los M&M’s rojos de su línea, a pesar de nunca haber usado para elaborarlos el Colorante # 2.

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El último brindis de Don Porfirio- Libro de Rafael Tovar y de Teresa

En medio de las celebraciones del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, aparece un libro que hace una crónica de las festividades que organizó el ex presidente Porfirio Díaz. El libro se presentó en el club de industriales, rodeado un gran número de amigos y colegas. El exitoso escritor e investigador Francisco Martín Moreno, autor de polémicas obras como México negro, presentó la obra.
El Último Brindis de Porfirio Díaz, de Rafael Tovar y de Teresa, nos detalla cómo al mismo tiempo que se pretendía conmemorar el movimiento iniciado por Miguel Hidalgo, también el entonces presidente se esforzó por mostrar al mundo que sus treinta años de gobierno habían logrado hacer de México un país socialmente estable, con progreso económico y digno del respeto internacional.
El libro, fiel a la tradición del autor, ofrece un amplísimo contexto que busca analizar las diferentes facetas que mostraba la nación en esos tiempos, regalándonos una nueva y muy documentada visión del México de 1910.
Entre el recuento de la celebración, El último brindis de Porfirio Díaz aborda cómo se planearon festejos para diferentes estratos de la sociedad mexicana: por un lado eventos en el Bosque de Chapultepec, plazas públicas y mercados, donde abundaron los esparcimientos para la población en general; por otro los festejos fastuosos para diplomáticos extranjeros, los funcionarios mexicanos y sus familias en Palacio Nacional. Los embajadores y presidentes de muchísimos países vinieron convocados por Don Porfirio, y ofrecieron un gran número de regalos a México, entre los que destacan las prendas de José María Morelos que España devolvió en un gesto de renovada amistad entre los dos países.
Uno de los aspectos que destaca Tovar y de Teresa es el hecho de que además de inaugurar imponentes monumentos –entre los que destaca la Columna de la Independencia– el gobierno de Díaz destinó una cantidad importante de recursos para realizar importantes obras públicas como caminos, drenaje, edificios públicos, teatros, entre muchas otras. Por otro lado relata la manera en que se mostraron los avances en ciencias, medicina y artes mediante conferencias y exposiciones. Uno de los hechos más significativos que aborda el libro es la inauguración de la Universidad Nacional, la base rectora que daría nacimiento a la UNAM.
En medio de una ideología positivista de élite y una prensa que minimizaba el descontento, el libro retoma un documento del Comité Organizador que nos describe su idea del festejo: “No se trata de las ideas de una parcialidad política, ni de los sucesos que despiertan memorias luctuosas para algunos de nuestros compatriotas, ni que recuerden disensiones entre hermanos; sino de la solemnidad del común hogar, de la fiesta de la gran familia mexicana.”
El último brindis de Don Porfirio, de Rafael Tovar y de Teresa, nos detalla tanto procesos como sucesos del México de principios del siglo pasado; su visión, siempre aguda, y su prosa amena y digerible nos ayudan a comprender la política, los movimientos sociales, los diversos intereses que existieron durante uno de los periodos más complejos y definitorios de nuestro país. Además, el libro viene acompañado por más de 150 imágenes, muchas de ellas inéditas. Seguramente esta publicación se convertirá en uno de los más importantes referentes al analizar los festejos del 2010.

"Brecht para niños" - Jorge Contreras

En el año de 1933 Bertolt Brecht, “revolucionario del teatro mundial”, salió de Alemania; antes de su exilio había escrito un cuento maravilloso sobre una madre heroica, apoyándose en sus propios recuerdos y en su imaginación.

La obra, Mamá, corazón de acero es un relato sobre la guerra, la niñez, los recuerdos, las mujeres, y la relación de los niños con las madres.
La puesta en escena no es sólo una adaptación, con Mamá, corazón de acero se exploran las fronteras: las geográficas y las estéticas, las del lenguaje, las de la ficción y la realidad. A través de estas fronteras se acercan las ideas de este gran hombre de teatro a la imaginación de los niños. Esta versión contemporánea recoge de nuestra realidad los viacrucis y las relaciones de las madres de hoy con los hijos de hoy.

Bertolt Brecht para niños es todo un reto y muy bien logrado por la compañía Alborde Teatro gracias a un equipo de artistas con gran experiencia y solvencia probada. El elenco está encabezado por el dramaturgo Antonio Zúñiga, uno de los más prominentes escritores y de los mexicanos que manejan la teatralidad y el drama con mayor astucia.

Producir un teatro para niños divertido, exigente, propositivo, reflexivo y coherente con la realidad que viven los pequeños espectadores de nuestro país no es cosa facíl. En este caso se logró un teatro que siembra una semilla en los nuevos y potenciales espectadores del teatro; seguramente fundará en ellos, a través de un acercamiento lúdico, una relación afectiva y constante a lo largo de sus vidas. Un teatro que será considerado por ellos para siempre, ese es el teatro logrado por esta compañía.



De: Antonio Zúñiga
Dirección: Rodolfo Guerrero
Con: Norma Angélica, Yolanda Abbud, Sandra Rosales ó Margarita Lozano, Gilberto Barraza, Gustavo Linares, Nikolás Caballero ó Juan Bernardo Flores, Antonio Zúñiga


Teatro: Julio Castillo, atrás del Auditorio Nacional; sábados y domingos 12:30 horas
Temporada: 23 de Octubre al 28 de noviembre de 2010
A partir de: 6 años

"Ruben Dario" - Juan Miguel Hurtado

a Eduardo Hurtado

y no hallo sino la palabra que huye…
Rubén Darío, Yo persigo una forma

Si repasamos todo Polanco, son en realidad pocos los poetas puros –aquellos cuya obra de vida fue la poesía– que vieron sus nombres plasmados en las calles: Lord Byron, Tennyson, Elliot. Pero como es ya costumbre, Polanco guarda una sorpresa: haciendo a un lado el cuestionable caso de Andrés Bello, sólo hay un poeta –de hecho un solo escritor– hispanoamericano.
Comenzaré por lo más obvio: poeta y diplomático nacido en Metapa, Nicaragua en 1867. Al igual que su verdadero nombre (Félix Rubén García Sarmiento), su nacionalidad resulta insignificante: fue un constante trotamundos, en todo caso un latinoamericano imbuido por el espíritu europeo. Entre sus andares, sólo llegó una vez a México. Venía como representante del gobierno de Nicaragua para las fiestas del Centenario de la Independencia; tras su llegada al puerto de Veracruz hubo un golpe de estado en su país; nunca llegó a la capital.
Para los que recuerdan sus libros de texto, se le toma como padre del modernismo, que habría nacido con su libro Azul (1888). No es desmerecida esta percepción; aunque en realidad fue amalgama entre la primer y segunda generación de modernistas, fue sin duda alguna un parte aguas, no sólo para el movimiento en sí, sino para la historia de la poesía en lengua castellana. Por si fuera poco, él fue quien lo oficializó, al darle su nombre.
Pero, ¿Qué es el modernismo? ¿Por qué es importante? Después del tenue resplandor que dio durante el romanticismo, la lengua española, en especial su poesía, queda como un campo árido y arcaico. Los hispanoamericanos, apenas acostumbrándose a su independencia y llenos de ánimo expresar el nuevo mundo que discernían, se encontraron con un lenguaje encerrado en el provincialismo, la tradición y el pasado. Entre aquella niebla, algunos escritores del continente voltearon hacia otras poéticas, principalmente la de los (románticos y parnasianos) franceses. Esa fue la primera innovación; como diría Darío, “el modernismo no es otra cosa que el verso y la prosa castellanos pasados por el fino tamiz del buen verso y la buena prosa franceses”. Aunque en esa frase intencionalmente provocadora no se le hace justicia, también la literatura anglosajona jugó un papel importante, en especial la de Whitman y Poe.
Sin embargo, el espíritu del modernismo va más allá de sus influencias. Por un lado, en palabras de Octavio Paz, marca el inicio de la “fusión entre el lenguaje literario y el habla de la ciudad”. Por otro, funda la idea de decir lo indecible, descifrar el orden del universo a través del lenguaje y del ritmo, hacer a las palabras decir más de lo que por sí solas dicen… y la obsesión de los poetas por fungir como los intermediarios. El modernismo fue la primera expresión literaria, más precisamente poética, pura y libremente hispanoamericana, pero su influencia marca el origen de toda la poética contemporánea en castellano.
Rubén Darío es el centro del modernismo, esta nueva poética que fundió los espíritus de la literatura romántica, simbolista y española. Según Paz, fue tanto su crítico como su conciencia. Su poesía está marcada por esa búsqueda de formar un puente entre lo tangible y lo intangible que conforman el universo; bajo su escritura “la poesía es reconciliación”.
La calle de Rubén Darío, antes Fundición, es sin duda una de las más bellas de Polanco. Es en sí misma una metáfora, está rodeada por sus fuentes de inspiración: por un lado, los iconos de la sabiduría y literatura occidentales; al otro, la naturaleza.
Poemas recomendados: “Los motivos del lobo”; “A Margarita Debayle [Margarita, está linda la mar]”. Libros recomendados del autor: Azul, Cantos de vida y esperanza, Prosas profanas. Sobre Rubén Darío: Octavio Paz, Cuadrivio.

"El baúl de viaje" - Mercedes Martínez Cossío

A mediados del siglo XIX los baúles, enormes cofres de madera, respondían a las necesidades de los viajeros, los nómadas de entonces: los viajes podían ser muy largos, y estos cofres mantenían los numerosos cambios de ropa y utensilios en buen estado; además, el espacio tanto en trenes como en barcos –los medios de transporte más utilizados– era suficiente para resguardarlos. Por otro lado, como se cargaban de un lado a otro, tenían que ser prácticos y a la vez ligeros.
Surgieron entonces casas de larga tradición como Louis Vuitton, que con su ingenio facilitó los viajes al crear nuevos baúles más ligeros, resistentes y fáciles de transportar. El baúl gris “Trianon” fue el primero en convertir el baúl en guardarropa: un baúl-armario con espacio para colgar la ropa y con cajones. En un principio tenía la tapa redondeada a fin de que la lluvia resbalara fácilmente, pero ocupaba mucho espacio, así que mediante la introducción de la tapa plana, se facilitó el que se pudieran colocar unos encima de otros.
El éxito fue inmediato, y pronto surgieron los imitadores; fue por esto que la casa diseñó la tela “Damier” para cubrir sus baúles, la misma que conserva hasta nuestros días. Su popularidad e innovación fue tal que el diseño ganó una medalla de bronce en la Exposición Universal de 1867; incluso el Gran Houdini se mandó a hacer su baúl especial.
Existía asimismo un lenguaje entre concierges, quienes pegaban etiquetas del hotel en los baúles en distintas posiciones para comunicarse: una etiqueta en la esquina superior izquierda denotaba a un viajero debutante; en la esquina inferior izquierda, una “sanguijuela desagradable”; junto al asa superior, muy generoso; sobre el lateral derecho arriba, mal cliente; lateral inferior derecha, desagradable pero bueno, etc… Así nació el slogan, “Muéstrame tu equipaje y te diré quién eres”, que evoca la relación entre el viajero y su equipaje.
Muchos de los baúles originales han simplemente desaparecido, muchos están en museos, en casa de mi bisabuela había uno enorme en la bodega donde se guardaba toda la ropa que tenía especial significado, la que hoy llamamos “vintage”, sin embargo la tradición del baúl no se ha perdido, casas como Louis Vuitton y Goyard los siguen fabricando. Puedo asegurarles que si llegan a un hotel de 5 estrellas con uno de estos baúles seguramente el concierge les pondrá alguna etiqueta junto al asa.

"Sobreviviendo… El desamor" por Guítele Chernitzky

Y aquí en el cafecito, sin ti… soy como dos a solas F. Pessoa
¿Cuántos libros se habrán escrito?, ¿¡cuántas canciones y cuántos poemas!?... y todo, por culpa de un amor perdido.
Hoy, yo no voy a intentar venderles aquí en mi alma-cén ninguno de esos libros, canciones o poemas, de que dicen “y sigue de amor la flama”; pero sí les voy a regalar algunos ingredientes para lograr, en caso necesario, cambiar, modificar o incluso borrar el contenido mental negativo –en algunas ocasiones, hasta catastrófico– que nos impide entender, curar y sobrevivir la pérdida… para poder seguir adelante.
Quiero empezar con los más dulces: lo primero a saber:
-El proceso de curación tiene comienzo, duración y cierre.
-Cada quién tiene su ritmo y tiempo.
-¡No se pongan máscaras para quedar bien con nadie!
-La naturaleza y el universo están de nuestro lado.
-¡Vamos a estar mejor!
-Visualicemos… estoy vivo(a). ¡Sobreviviré! No se dejen marear por tanto término psicológico y tantos pseudoterapeutas que de pronto inventan estrategias de mercadotecnia para vender la verdad (eso sí, no nos dicen en qué esquina la venden, ¿verdad?) y que nos hacen listas interminables de las etapas que hay que vivir a según sus clichés.
De una forma sencilla, que no mareadora, las etapas son:
-Shock o negación. Aquí no podemos creer que hayamos terminado la relación. La mente lo niega. El cuerpo se anestesia y es, en este momento, donde nuestras defensas toman acción para protegernos del impacto.
-Miedo, dolor, rabia, depresión. Son emociones y reacciones asociadas con la pérdida. En esta etapa perdemos la concentración, olvidamos las cosas, sentimos angustia, pérdida de fe.
-Entendimiento y aceptación. En esta etapa nos damos cuenta que hemos sobrevivido al dolor. Que ya podemos escuchar una cancioncita, o aspirar un aroma que nos recuerde al amado, ya distinto y distante, y no nos devasta.
-Nuestro cuerpo está sanando. Nuestra mente acepta pasar a un nuevo capítulo y nuestro espíritu recobra fe.
En las etapas mencionadas anteriormente no debemos olvidar cuidarnos y apapacharnos. ¿Cómo? Intentar descansar más, tratar de relajarnos y dormir dos o tres horas extras; ser gentiles con nosotros mismos, no tratar de hacer todo a la vez, y sobre todo, no andar “cilindreándonos” con lo mismo.
Tenemos que descansar nuestras emociones, tener cuidado con las noticias o películas que nos afecten y reuniones donde haya mucha gente. Entender la pérdida implica hacer contacto con nuestros sentimientos sin descalificarlos ni anularlos. Por ejemplo, en un solo día podemos sentir enojo, culpa, frustración, alivio, pero no hay que temer a esos sentimientos… van a pasar.
Recordemos que el proceso continúa aun cuando ya estemos sintiéndonos mejor. Los recuerdos pueden volver cuando se les pase a antojar, no avisan y no piden permiso.
¡CUIDADO! Eso no significa que nos estamos hundiendo de nuevo en la depresión o la tristeza.
Es el rezago, que como llega… pasará, si es que auténticamente vivimos una a una las etapas de duelo. Existe una estrategia infalible que nos ayuda enormemente en el camino hacia la curación, y consiste en hacer por nosotros mismos todo aquello que de pronto hacíamos por ese amor que ya no es nuestro. Desde comprarnos un regalo, por pequeño que sea, hasta masajear nuestros pies con mucha cremita mientras vemos una novela o el fútbol. Esto no irá permitiendo el ir formando poco a poco una red de apoyo positiva, que nos irá fortaleciendo en nuestra persona, familia, trabajo y amigos. Créanme que ahí irán descubriendo a su yo más fuerte, a su yo perdonador.
Los seres humanos tardamos tanto en confiar en nuestros propios arsenales que dejamos de ver lo divino que hay en nosotros. ¡Ya quiéranse más, por favor, se los pido!
La canción que más ha sonado hoy en el alma-cen dice más o menos así:
“¡Que la chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar!”. Y me voy… tarareándola…