A mediados del siglo XIX los baúles, enormes cofres de madera, respondían a las necesidades de los viajeros, los nómadas de entonces: los viajes podían ser muy largos, y estos cofres mantenían los numerosos cambios de ropa y utensilios en buen estado; además, el espacio tanto en trenes como en barcos –los medios de transporte más utilizados– era suficiente para resguardarlos. Por otro lado, como se cargaban de un lado a otro, tenían que ser prácticos y a la vez ligeros.
Surgieron entonces casas de larga tradición como Louis Vuitton, que con su ingenio facilitó los viajes al crear nuevos baúles más ligeros, resistentes y fáciles de transportar. El baúl gris “Trianon” fue el primero en convertir el baúl en guardarropa: un baúl-armario con espacio para colgar la ropa y con cajones. En un principio tenía la tapa redondeada a fin de que la lluvia resbalara fácilmente, pero ocupaba mucho espacio, así que mediante la introducción de la tapa plana, se facilitó el que se pudieran colocar unos encima de otros.
El éxito fue inmediato, y pronto surgieron los imitadores; fue por esto que la casa diseñó la tela “Damier” para cubrir sus baúles, la misma que conserva hasta nuestros días. Su popularidad e innovación fue tal que el diseño ganó una medalla de bronce en la Exposición Universal de 1867; incluso el Gran Houdini se mandó a hacer su baúl especial.
Existía asimismo un lenguaje entre concierges, quienes pegaban etiquetas del hotel en los baúles en distintas posiciones para comunicarse: una etiqueta en la esquina superior izquierda denotaba a un viajero debutante; en la esquina inferior izquierda, una “sanguijuela desagradable”; junto al asa superior, muy generoso; sobre el lateral derecho arriba, mal cliente; lateral inferior derecha, desagradable pero bueno, etc… Así nació el slogan, “Muéstrame tu equipaje y te diré quién eres”, que evoca la relación entre el viajero y su equipaje.
Muchos de los baúles originales han simplemente desaparecido, muchos están en museos, en casa de mi bisabuela había uno enorme en la bodega donde se guardaba toda la ropa que tenía especial significado, la que hoy llamamos “vintage”, sin embargo la tradición del baúl no se ha perdido, casas como Louis Vuitton y Goyard los siguen fabricando. Puedo asegurarles que si llegan a un hotel de 5 estrellas con uno de estos baúles seguramente el concierge les pondrá alguna etiqueta junto al asa.
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