lunes, 12 de septiembre de 2011
miércoles, 31 de agosto de 2011
lunes, 25 de julio de 2011
Si una hormiga resultara escritora, ¿qué podría escribir sino minificción? D. Lagmanovich: PRIMERA CIRCULAR IV JORNADAS NACIONALES DE MINIFIC...
Si una hormiga resultara escritora, ¿qué podría escribir sino minificción? D. Lagmanovich: PRIMERA CIRCULAR IV JORNADAS NACIONALES DE MINIFIC...: " 2, 3 y 4 de noviembre de 2011 Facultad de Filosofía y Letras Universidad Nacional de Cuyo Mendoza, Argentina La minificción, y en partic..."
miércoles, 11 de mayo de 2011
el inquilino guionista: Miedo y racismo en los guiones
el inquilino guionista: Miedo y racismo en los guiones: "Prejuicios, manías y sobre todo control . Nuestras televisoras hispanohablantes lo tienen claro: el fin..."
El Crédito Crece en Árboles por Mechismo
¿Si fueras un árbol, qué clase de árbol serías?
Bárbara Walters, en entrevista a More.
Debido a los cambios en las leyes norteamericanas sobre bancarrota, las personas encuentran en sus buzones una gran cantidad de solicitudes en las que se les ofrecen tarjetas de crédito.
En diciembre de 2005, Gary More, un vendedor de casas harto de tanta basura decidió poner fin al acoso. Llamó por teléfono al banco, sin obtener resultados. Así que tomó una de las solicitudes y escribió “Never waste a tree” (Nunca desperdicies un árbol), en alusión al desperdicio de papel que suponían sus correos; a continuación la envió al banco. Para su sorpresa, al poco tiempo recibió una tarjeta de crédito de Chase Visa a nombre de “Never Waste Tree”. A la fecha ha declinado usar la tarjeta; quizá lo haga para comprar fertilizante
Bárbara Walters, en entrevista a More.
Debido a los cambios en las leyes norteamericanas sobre bancarrota, las personas encuentran en sus buzones una gran cantidad de solicitudes en las que se les ofrecen tarjetas de crédito.
En diciembre de 2005, Gary More, un vendedor de casas harto de tanta basura decidió poner fin al acoso. Llamó por teléfono al banco, sin obtener resultados. Así que tomó una de las solicitudes y escribió “Never waste a tree” (Nunca desperdicies un árbol), en alusión al desperdicio de papel que suponían sus correos; a continuación la envió al banco. Para su sorpresa, al poco tiempo recibió una tarjeta de crédito de Chase Visa a nombre de “Never Waste Tree”. A la fecha ha declinado usar la tarjeta; quizá lo haga para comprar fertilizante
SOMALY MAM, EL SILENCIO DE LA INOCENCIA por Juan Miguel Hurtado
Somaly Mam, nacida en 1970 o 1971 en Bou Sra, al noreste de Camboya –en donde vive la tribu denominada Phong– es una reconocida activista dedicada a la lucha para acabar con la trata y explotación sexual de mujeres, niñas y niños.
Huérfana y prácticamente desamparada entre su tribu, a los siete años fue adoptada por un hombre que decía ser su abuelo, quien la trataba como una esclava, constantemente la golpeaba y abusaba sexualmente de ella. Después de haber cumplido doce años. Cuando cumplió 12 años su “abuelo” decidió venderla a la dueña de un prostíbulo. Durante varios años fue obligada a prostituirse; cada día iban a verla entre 15 y 20 clientes, y si ella se resistía a tener relaciones sexuales con ellos la golpeaban, la quemaban con cigarros y cables, o la encerraban en una jaula. Fue testigo de la tortura y homicidio de varias víctimas que se negaban a las violaciones o trataban de escapar, la mayoría de ellas menores de edad.
Afortunadamente, logró salir de ese mundo cuando compró su propia libertad. Contrajo matrimonio con un hombre francés llamado Pierre Legros, quien se encargaba de los laboratorios de Médicos sin Fronteras en Camboya y posteriormente se fueron a vivir a Francia.
A pesar de su propio dolor y miedo, Somaly tomó la decisión de regresar a su país y abrir AFESIP (Acción por las Mujeres en Situación Precaria, por sus siglas en francés) con la misión de liberar a tantas otras mujeres que continuaban siendo explotadas y maltratadas en los prostíbulos. Sin embargo, esto ha demostrado no ser una tarea fácil, pues tras el régimen de Pol Pot y el genocidio que sufrió Camboya en la década de los setenta, los índices de pobreza y corrupción continúan siendo sumamente altos. Así, en el afán de lograr su meta, inevitablemente se ganó, recibiendo amenazas y agresiones constantemente. Las autoridades, lejos de prestarle ayuda, fueron y siguen siendo un obstáculo, ya que varios funcionarios son clientes o dueños de estos prostíbulos.
La ayuda que Mam solicitaba a distintas organizaciones y el apoyo que daba a las víctimas no era suficiente, por lo que decidió escribir sus memorias. El libro, llamado en español El silencio de la inocencia, causó tal indignación al describir tan crudamente el problema tan grande que se vive en Camboya que su autora fue nominada en 2008 al Premio Nobel de la Paz.
Actualmente Somaly Mam continúa rescatando mujeres, niños y niñas víctimas de trata y explotación sexual, no sólo a través de AFESIP, sino de la fundación que lleva su nombre. Estas dos fundaciones, además de albergar a mujeres, cuentan con programas de ayuda psicológica, educación, investigación y readaptación.
www.afesip.org
www.somaly.org
Huérfana y prácticamente desamparada entre su tribu, a los siete años fue adoptada por un hombre que decía ser su abuelo, quien la trataba como una esclava, constantemente la golpeaba y abusaba sexualmente de ella. Después de haber cumplido doce años. Cuando cumplió 12 años su “abuelo” decidió venderla a la dueña de un prostíbulo. Durante varios años fue obligada a prostituirse; cada día iban a verla entre 15 y 20 clientes, y si ella se resistía a tener relaciones sexuales con ellos la golpeaban, la quemaban con cigarros y cables, o la encerraban en una jaula. Fue testigo de la tortura y homicidio de varias víctimas que se negaban a las violaciones o trataban de escapar, la mayoría de ellas menores de edad.
Afortunadamente, logró salir de ese mundo cuando compró su propia libertad. Contrajo matrimonio con un hombre francés llamado Pierre Legros, quien se encargaba de los laboratorios de Médicos sin Fronteras en Camboya y posteriormente se fueron a vivir a Francia.
A pesar de su propio dolor y miedo, Somaly tomó la decisión de regresar a su país y abrir AFESIP (Acción por las Mujeres en Situación Precaria, por sus siglas en francés) con la misión de liberar a tantas otras mujeres que continuaban siendo explotadas y maltratadas en los prostíbulos. Sin embargo, esto ha demostrado no ser una tarea fácil, pues tras el régimen de Pol Pot y el genocidio que sufrió Camboya en la década de los setenta, los índices de pobreza y corrupción continúan siendo sumamente altos. Así, en el afán de lograr su meta, inevitablemente se ganó, recibiendo amenazas y agresiones constantemente. Las autoridades, lejos de prestarle ayuda, fueron y siguen siendo un obstáculo, ya que varios funcionarios son clientes o dueños de estos prostíbulos.
La ayuda que Mam solicitaba a distintas organizaciones y el apoyo que daba a las víctimas no era suficiente, por lo que decidió escribir sus memorias. El libro, llamado en español El silencio de la inocencia, causó tal indignación al describir tan crudamente el problema tan grande que se vive en Camboya que su autora fue nominada en 2008 al Premio Nobel de la Paz.
Actualmente Somaly Mam continúa rescatando mujeres, niños y niñas víctimas de trata y explotación sexual, no sólo a través de AFESIP, sino de la fundación que lleva su nombre. Estas dos fundaciones, además de albergar a mujeres, cuentan con programas de ayuda psicológica, educación, investigación y readaptación.
www.afesip.org
www.somaly.org
LEYENDAS URBANAS por Mercedes Martínez Cossío
En 1924, William Randolph Hearst, iniciador de la prensa amarilla, se vio envuelto en un escándalo digno de sus polémicas publicaciones. Para celebrar su cumpleaños 43, invitó a una serie de personajes de la época, entre quienes se encontraban su amante Marion Davies, Charles Chaplin, la periodista Louella Parsons, el actor, productor y director Thomas Ince, conocido como “el padre del western”, y otras 11 personas. Al final de la fiesta, Ince apareció muerto; las autoridades alegaron un ataque al corazón y/o una indigestión, pero los rumores en Hollywood señalaban a Hearst como el asesino del famoso director.
William Randolph Hearst tenía un poder inmenso, pues a través de sus portadas y notas sensacionalistas creó el imperio mediático más grande e influyente en los Estados Unidos (por lo mismo, del mundo). Dueño de múltiples publicaciones, la opinión pública de los ciudadanos estaba en gran medida en sus manos. Era un magnate excéntrico, omnipotente e intocable; su historia inspiró el filme El ciudadano Kane, de Orson Welles, para muchos la mejor película que se haya hecho hasta hoy.
Los primeros relatos sobre la muerte de Ince fueron contradictorios: se dijo que Ince se había enfermado durante su visita al rancho de Hearst y que lo habían llevado en ambulancia a su casa, donde habría muerto acompañado de su familia. Todo fue desmentido rápidamente, pues mucha gente lo había visto a bordo del Oneida en San Diego. Las especulaciones se dispararon cuando el secretario de Chaplin afirmó haber visto un agujero de bala en la cabeza de Ince cuando lo bajaron del yate.
Los rumores se hicieron cada vez más fuertes, y entonces se gestó el encubrimiento. Sin indagatoria forense fueron rápidamente cremados los restos de Ince. El único testigo presencial llamado a declarar fue el Dr. Daniel Carson Goodman, empleado de Hearst, quien declaró haber viajado en el tren a San Diego con Ince y que éste había presentado molestias cardiacas. Esta declaración fue suficiente para satisfacer al fiscal, quien dio por cerrado el caso.
Entre las historias que circularon la más sonada es que el asesinato fue producto de un error. Hearst era un hombre sumamente posesivo con su amante Marion Davies, y como había llegado a sus oídos que sostenía un romance con Chaplin, decidió invitar al cómico para poder observarlos juntos. El desenlace fue que Hearst los encontró demasiado cercanos, y que la bala destinada a Chaplin fue la que mató por error a Ince.
Ochenta y seis años después de los hechos en Noviembre de 1924, la muerte del director y productor Thomas Ince sigue siendo un misterio. Curiosamente, después de lo ocurrido en el Oneida, Louella Parsons ganó un contrato de por vida con la Corporación Hearst y se convirtió en “la reina del chisme”. Hearst era demasiado poderoso para tocarlo.
En 1996, Patricia Hearst, nieta del magnate, escribió junto con Cordelia Frances Biddle la novela Asesinato en San Simeon, basada en el misterioso asesinato de su abuelo. Los rumores también fueron dramatizados en la obra El maullido del gato (The cat’s meow) en 2001. Si hubo o no disparo, nunca lo sabremos con certeza…
William Randolph Hearst tenía un poder inmenso, pues a través de sus portadas y notas sensacionalistas creó el imperio mediático más grande e influyente en los Estados Unidos (por lo mismo, del mundo). Dueño de múltiples publicaciones, la opinión pública de los ciudadanos estaba en gran medida en sus manos. Era un magnate excéntrico, omnipotente e intocable; su historia inspiró el filme El ciudadano Kane, de Orson Welles, para muchos la mejor película que se haya hecho hasta hoy.
Los primeros relatos sobre la muerte de Ince fueron contradictorios: se dijo que Ince se había enfermado durante su visita al rancho de Hearst y que lo habían llevado en ambulancia a su casa, donde habría muerto acompañado de su familia. Todo fue desmentido rápidamente, pues mucha gente lo había visto a bordo del Oneida en San Diego. Las especulaciones se dispararon cuando el secretario de Chaplin afirmó haber visto un agujero de bala en la cabeza de Ince cuando lo bajaron del yate.
Los rumores se hicieron cada vez más fuertes, y entonces se gestó el encubrimiento. Sin indagatoria forense fueron rápidamente cremados los restos de Ince. El único testigo presencial llamado a declarar fue el Dr. Daniel Carson Goodman, empleado de Hearst, quien declaró haber viajado en el tren a San Diego con Ince y que éste había presentado molestias cardiacas. Esta declaración fue suficiente para satisfacer al fiscal, quien dio por cerrado el caso.
Entre las historias que circularon la más sonada es que el asesinato fue producto de un error. Hearst era un hombre sumamente posesivo con su amante Marion Davies, y como había llegado a sus oídos que sostenía un romance con Chaplin, decidió invitar al cómico para poder observarlos juntos. El desenlace fue que Hearst los encontró demasiado cercanos, y que la bala destinada a Chaplin fue la que mató por error a Ince.
Ochenta y seis años después de los hechos en Noviembre de 1924, la muerte del director y productor Thomas Ince sigue siendo un misterio. Curiosamente, después de lo ocurrido en el Oneida, Louella Parsons ganó un contrato de por vida con la Corporación Hearst y se convirtió en “la reina del chisme”. Hearst era demasiado poderoso para tocarlo.
En 1996, Patricia Hearst, nieta del magnate, escribió junto con Cordelia Frances Biddle la novela Asesinato en San Simeon, basada en el misterioso asesinato de su abuelo. Los rumores también fueron dramatizados en la obra El maullido del gato (The cat’s meow) en 2001. Si hubo o no disparo, nunca lo sabremos con certeza…
HEGEL (1770-1831) por Juan Miguel Hurtado
La importancia y trascendencia de un filósofo es lo más complejo de resumir, no importa si es en un breve espacio o en tomos completos. En parte, porque, contrario a lo que se piensa, los grandes filósofos no caducan ni se superan, sino que su legado se cuela hasta el presente no sólo en el ámbito académico, sino en cómo pensamos, percibimos e interpretamos hoy. Hegel fue (es) un pensador titánico y monstruoso, al grado que tras casi doscientos años se sigue discutiendo con él. En consecuencia, todo lo que viene a continuación implica una simplificación que requeriría de cientos de matices.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel nació en lo que hoy es Alemania en 1770, durante un periodo en que la filosofía seguía íntimamente relacionada con la religión (Hegel estudió teología). Sin embargo, la mentalidad estaba cambiando; con el triunfo de la Revolución Francesa (1789) y posteriormente la propagación de la separación de la religión frente a los asuntos públicos e intelectuales (principalmente debido al domino de Napoleón en Europa) se hizo inminente para los pensadores emprender un nuevo camino.
En Alemania todo giraría alrededor del Idealismo. Esta corriente filosófica retomó a pensadores tan antiguos como Platón; su iniciador fue Immanuel Kant, quien es considerado por algunos como el responsable del pensamiento crítico moderno: los idealistas dan prioridad al mundo de las ideas sobre el material, y Kant cuestionó el que podamos conocer los objetos, el mundo material, tal cual es; para Kant nuestra mente contiene una especie de red de categorías en la que vamos colocando lo que observamos (entendemos que un gato es un gato porque existe la categoría). Así inició (involuntariamente) una lucha entre quienes piensan que el mundo existe por sí mismo y quienes, en menor o mayor medida, lo consideran una construcción mental.
Hegel continuó y sistematizó el idealismo. Para él, el mundo en sí, creación divina, es un espacio de contradicciones infinitas. Las cosas que son (tesis) aparecen sólo en oposición a otras (antítesis), y estas dos ideas se funden en una para hacerlas inteligibles (síntesis); cada síntesis se convierte a su vez en una nueva tesis. Para Hegel el universo es así, y por lo tanto sólo siguiendo esta fórmula, llamada dialéctica, podemos acceder a conocerlo.
Como muchos idealistas (desde Platón), su filosofía iba enfocada a descubrir la finalidad del ser humano, y así concluyó que nuestra eterna lucha por llegar a la libertad absoluta (a Dios) era progresiva (vamos caminando hacia algo mejor). Bajo su mirada, Dios no sólo lo sabe todo (omisciente), no sólo está en todas partes (omnipresente) sino que es todo; por lo tanto, el camino a Dios, previamente trazado por la Providencia, es el camino hacia el conocimiento total: Dios es la síntesis de todas las síntesis, la misión del hombre es descubrir todas las contradicciones para llegar a Él.
Las teorías de Hegel son tan amplias y complejas que fueron retomadas con resultados disímbolos. Sus seguidores se dividen en “derecha” e “izquierda”, los primeros se centraron en su filosofía tal cual, y llegaron a pensar que el estado prusiano (su Espíritu) había llegado a su máximo nivel de desarrollo; los de izquierda lo negaron, y buscaron complementar o adaptar las teorías hegelianas. El más famoso de estos últimos fue Karl Marx, quien aplicó la misma visión histórica de Hegel (el camino progresivo hacia la libertad total) a las teorías materialistas: el mundo se rige por la economía, la misión del hombre, su búsqueda por la libertad, consiste en lograr la igualdad material absoluta.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel nació en lo que hoy es Alemania en 1770, durante un periodo en que la filosofía seguía íntimamente relacionada con la religión (Hegel estudió teología). Sin embargo, la mentalidad estaba cambiando; con el triunfo de la Revolución Francesa (1789) y posteriormente la propagación de la separación de la religión frente a los asuntos públicos e intelectuales (principalmente debido al domino de Napoleón en Europa) se hizo inminente para los pensadores emprender un nuevo camino.
En Alemania todo giraría alrededor del Idealismo. Esta corriente filosófica retomó a pensadores tan antiguos como Platón; su iniciador fue Immanuel Kant, quien es considerado por algunos como el responsable del pensamiento crítico moderno: los idealistas dan prioridad al mundo de las ideas sobre el material, y Kant cuestionó el que podamos conocer los objetos, el mundo material, tal cual es; para Kant nuestra mente contiene una especie de red de categorías en la que vamos colocando lo que observamos (entendemos que un gato es un gato porque existe la categoría). Así inició (involuntariamente) una lucha entre quienes piensan que el mundo existe por sí mismo y quienes, en menor o mayor medida, lo consideran una construcción mental.
Hegel continuó y sistematizó el idealismo. Para él, el mundo en sí, creación divina, es un espacio de contradicciones infinitas. Las cosas que son (tesis) aparecen sólo en oposición a otras (antítesis), y estas dos ideas se funden en una para hacerlas inteligibles (síntesis); cada síntesis se convierte a su vez en una nueva tesis. Para Hegel el universo es así, y por lo tanto sólo siguiendo esta fórmula, llamada dialéctica, podemos acceder a conocerlo.
Como muchos idealistas (desde Platón), su filosofía iba enfocada a descubrir la finalidad del ser humano, y así concluyó que nuestra eterna lucha por llegar a la libertad absoluta (a Dios) era progresiva (vamos caminando hacia algo mejor). Bajo su mirada, Dios no sólo lo sabe todo (omisciente), no sólo está en todas partes (omnipresente) sino que es todo; por lo tanto, el camino a Dios, previamente trazado por la Providencia, es el camino hacia el conocimiento total: Dios es la síntesis de todas las síntesis, la misión del hombre es descubrir todas las contradicciones para llegar a Él.
Las teorías de Hegel son tan amplias y complejas que fueron retomadas con resultados disímbolos. Sus seguidores se dividen en “derecha” e “izquierda”, los primeros se centraron en su filosofía tal cual, y llegaron a pensar que el estado prusiano (su Espíritu) había llegado a su máximo nivel de desarrollo; los de izquierda lo negaron, y buscaron complementar o adaptar las teorías hegelianas. El más famoso de estos últimos fue Karl Marx, quien aplicó la misma visión histórica de Hegel (el camino progresivo hacia la libertad total) a las teorías materialistas: el mundo se rige por la economía, la misión del hombre, su búsqueda por la libertad, consiste en lograr la igualdad material absoluta.
EL ALMA-CEN por Guitele Chernitzky Zona de confort… Zona de terror
Existen tres círculos viciosos de esos que nos quitan el sueño, pero que no les ponemos nombre y apellido y entonces nos hacemos la ilusión de que no vamos a caer en ellos. ¡Pero cómo que no! Diario vamos dando pasitos hacia ellos y no nos damos cuenta hasta que ya estamos dentro… ¡gulp!
Relajación de compromiso: es cuando nos da por hacer las cosas bien, empezamos un proyecto y depositamos toda nuestra energía. Creatividad y productividad están al servicio del mismo, y justo antes de terminarlo algo pasa… El caso es que no queda como esperábamos y no entendemos por qué. Ahí les va una explicación, a mi estilo, claro está. Imaginen que sobre una estufa hay una sartén, dentro, una rana en agüita tibia feliz; de pronto, alguien le sube al fuego, la rana no se da cuenta y la sopita de rana no se hace esperar. Eso es lo que sucede cuando relajamos el compromiso.
La famosa “zona de confort”: esta zona no es solo una colección de sentimientos o sensaciones, es como un poltergeist dentro de nosotros –por eso lo del título de esta columna– que nos hace pagar precios muy altos en nuestras vidas. Ahí nos sentimos resguardados, nadie nos invade y nadie nos obliga a salir. Andamos, como dicen, “pagados por nosotros mismos”; sí, presumiditos y presumiditas, creemos con fervor que tenemos todo bajo control (oh, sí). Muchas personas no ven la zona de confort como una limitación. Le dicen conciencia, intuición, etc., y ahí se mantienen. Me imagino que no tengo que recordarles cómo les ha ido cuando no han parado las antenas, y menos el precio que han pagado.
En las empresas donde imparto capacitación, conferencias y coaching, no pueden ustedes imaginarse cuántos ejecutivos comparten conmigo sus experiencias de haberse quedado muy en Harekrishna, es decir, aquí no pasa nada, y entonces la famosa zona les pega en su talón de Aquiles… ¡ouch! los que se creían controladores son controlados.
Harakiri por la ley del menor esfuerzo: ¡el peor de todos! Los samuráis se hacían el Harakiri (suicidio por medio de su propio sable) cuando habían perdido el honor y sentían vergüenza. ¿Dónde aplica aquí el paralelismo? Pues cuando postergamos las cosas porque sentimos que hasta el tiempo lo dominamos; cuando estamos seguros de que tenemos control de todo y de todos e incluso creemos poseer la varita mágica que a la orden de “hocus-pocus” hará nuestros deseos realidad. Estamos jugando a la Ley del Menor Esfuerzo. ¡Cuidado! Nos podría pasar como a la ranita que creyó en el escorpión cuando éste le pidió que lo cruzara en su lomo al otro lado del río, bajo promesa de no picarla. Claro, el escorpión la picó aún a sabiendas de que iba a morir ahogado él también… y la naive de la rana todavía le cuestionaba el porqué, a lo que el escorpión respondió: “¡Ay ranita!, quién te manda creer sólo por ser tú esto no te iba a pasar. Nací para picar y pico”.
El letrerito del Alma-cén hoy lee así:
Ancas de rana en escabeche, ¡deliciosas!
Relajación de compromiso: es cuando nos da por hacer las cosas bien, empezamos un proyecto y depositamos toda nuestra energía. Creatividad y productividad están al servicio del mismo, y justo antes de terminarlo algo pasa… El caso es que no queda como esperábamos y no entendemos por qué. Ahí les va una explicación, a mi estilo, claro está. Imaginen que sobre una estufa hay una sartén, dentro, una rana en agüita tibia feliz; de pronto, alguien le sube al fuego, la rana no se da cuenta y la sopita de rana no se hace esperar. Eso es lo que sucede cuando relajamos el compromiso.
La famosa “zona de confort”: esta zona no es solo una colección de sentimientos o sensaciones, es como un poltergeist dentro de nosotros –por eso lo del título de esta columna– que nos hace pagar precios muy altos en nuestras vidas. Ahí nos sentimos resguardados, nadie nos invade y nadie nos obliga a salir. Andamos, como dicen, “pagados por nosotros mismos”; sí, presumiditos y presumiditas, creemos con fervor que tenemos todo bajo control (oh, sí). Muchas personas no ven la zona de confort como una limitación. Le dicen conciencia, intuición, etc., y ahí se mantienen. Me imagino que no tengo que recordarles cómo les ha ido cuando no han parado las antenas, y menos el precio que han pagado.
En las empresas donde imparto capacitación, conferencias y coaching, no pueden ustedes imaginarse cuántos ejecutivos comparten conmigo sus experiencias de haberse quedado muy en Harekrishna, es decir, aquí no pasa nada, y entonces la famosa zona les pega en su talón de Aquiles… ¡ouch! los que se creían controladores son controlados.
Harakiri por la ley del menor esfuerzo: ¡el peor de todos! Los samuráis se hacían el Harakiri (suicidio por medio de su propio sable) cuando habían perdido el honor y sentían vergüenza. ¿Dónde aplica aquí el paralelismo? Pues cuando postergamos las cosas porque sentimos que hasta el tiempo lo dominamos; cuando estamos seguros de que tenemos control de todo y de todos e incluso creemos poseer la varita mágica que a la orden de “hocus-pocus” hará nuestros deseos realidad. Estamos jugando a la Ley del Menor Esfuerzo. ¡Cuidado! Nos podría pasar como a la ranita que creyó en el escorpión cuando éste le pidió que lo cruzara en su lomo al otro lado del río, bajo promesa de no picarla. Claro, el escorpión la picó aún a sabiendas de que iba a morir ahogado él también… y la naive de la rana todavía le cuestionaba el porqué, a lo que el escorpión respondió: “¡Ay ranita!, quién te manda creer sólo por ser tú esto no te iba a pasar. Nací para picar y pico”.
El letrerito del Alma-cén hoy lee así:
Ancas de rana en escabeche, ¡deliciosas!
Corto Moltedo El secreto mejor guardado de París por Juan Miguel Hurtado
Reservado pero excéntrico, sencillo pero amante de lo exquisito, Corto Moltedo me recibió sentado en una silla, con una pierna cruzada sobre la otra y una singular sonrisa perfectamente ad-hoc con su personalidad charmant. No es precisamente una persona extrovertida, pero se desenvuelve como quien se ha hecho inmune a ser famoso, sin poses premeditadas y con una seguridad admirable.
Me pregunto cómo es que aquel hombre tan obviamente casual, amante de la sencillez, decidió experimentar en diseño con colores tan atrevidos sobre formas tan tradicionales: “Empecé por usar piel y colores fuertes. Crecí en Nueva York y sentía que todos los neoyorkinos vestían de negro, lo cual me parecía un poco aburrido.”
Así comenzó la saga de Corto, buscando liberar avidez por buscar el pequeño detalle que resalta entre lo aparentemente homogéneo. Corto Moltedo es, sin duda alguna, un atento observador de lo inadvertido, y aprovecha esta cualidad al máximo para darle un toque a sus diseños: “Mi proceso creativo se define por investigación y desarrollo, trato de observar más allá de lo obvio, los colores, las formas, las líneas… deben tener un sentido y formar una buena composición.”
Hoy reside en París, ciudad cosmopolita, pero él prefiere los lugares inspiradores en los que puede conversar consigo mismo mientras arranca a la naturaleza sus colores: “cuando camino entre los jardines, recuerdo por qué elegí París para vivir, y me viene a la memoria la razón por la que me enamoré de la ciudad. Los jardines de Palais Royal son otro de sus tesoros escondidos, por eso es aquí donde tengo mi tienda.”
Paradójicamente, las creaciones de este artista tan reservado han vestido los hombros de personajes tan excéntricos como Madonna. Tal vez sea su personalidad, que irradia absoluta confianza en sí mismo mientras está en sus propios espacios, la que lo llevó a crear artículos exclusivos en honor a personalidades más extrovertidas: "Les pongo el nombre de personas o lugares que me inspiraron a elaborarlas. Mi favorita es Priscilla, en honor a Priscilla Presley. Ella es un icono para mí, es mi amiga, una mujer de verdad y, por supuesto, la esposa del Rey."
En la línea de las personalidades, le pregunto a quién elegiría para mostrar sus bolsas en México: "A Beatriz Pasquel o Paulina Rubio, ellas son los ángeles elegidos de Corto." Conoce el mercado mexicano mejor de lo que pensaba, e incluso muestra un interés propio por agregar que el mercado de lujo en nuestro país tiene un gran potencial, "los mexicanos son muy fuertes y atrevidos en cuanto lo que a la moda se refiere."
Corto Moltedo se transforma cuando habla de su trabajo, todo su rostro se ilumina de forma distinta, proyecta un aura agradable, sin egolatría. Resulta refrescante constatar que es una persona que crea porque vive, porque viaja constantemente con todos los sentidos en alerta. La música, una más de sus pasiones, es de nuevo el motivo central de su última colección, lo que demuestra que sus diseños son consecuentes con su forma de ver la vida: "Me nació la inspiración mientras escuchaba Jessie’s Girl de Rick Springfield en youtube. Me identifiqué con el video, pues me sentía con el corazón roto, enojado; además tenía el glamour de las luces destellantes que hicieron que creciera una tormenta de ideas en mi cabeza… sentimientos oscuros del rock."
Me pregunto cómo es que aquel hombre tan obviamente casual, amante de la sencillez, decidió experimentar en diseño con colores tan atrevidos sobre formas tan tradicionales: “Empecé por usar piel y colores fuertes. Crecí en Nueva York y sentía que todos los neoyorkinos vestían de negro, lo cual me parecía un poco aburrido.”
Así comenzó la saga de Corto, buscando liberar avidez por buscar el pequeño detalle que resalta entre lo aparentemente homogéneo. Corto Moltedo es, sin duda alguna, un atento observador de lo inadvertido, y aprovecha esta cualidad al máximo para darle un toque a sus diseños: “Mi proceso creativo se define por investigación y desarrollo, trato de observar más allá de lo obvio, los colores, las formas, las líneas… deben tener un sentido y formar una buena composición.”
Hoy reside en París, ciudad cosmopolita, pero él prefiere los lugares inspiradores en los que puede conversar consigo mismo mientras arranca a la naturaleza sus colores: “cuando camino entre los jardines, recuerdo por qué elegí París para vivir, y me viene a la memoria la razón por la que me enamoré de la ciudad. Los jardines de Palais Royal son otro de sus tesoros escondidos, por eso es aquí donde tengo mi tienda.”
Paradójicamente, las creaciones de este artista tan reservado han vestido los hombros de personajes tan excéntricos como Madonna. Tal vez sea su personalidad, que irradia absoluta confianza en sí mismo mientras está en sus propios espacios, la que lo llevó a crear artículos exclusivos en honor a personalidades más extrovertidas: "Les pongo el nombre de personas o lugares que me inspiraron a elaborarlas. Mi favorita es Priscilla, en honor a Priscilla Presley. Ella es un icono para mí, es mi amiga, una mujer de verdad y, por supuesto, la esposa del Rey."
En la línea de las personalidades, le pregunto a quién elegiría para mostrar sus bolsas en México: "A Beatriz Pasquel o Paulina Rubio, ellas son los ángeles elegidos de Corto." Conoce el mercado mexicano mejor de lo que pensaba, e incluso muestra un interés propio por agregar que el mercado de lujo en nuestro país tiene un gran potencial, "los mexicanos son muy fuertes y atrevidos en cuanto lo que a la moda se refiere."
Corto Moltedo se transforma cuando habla de su trabajo, todo su rostro se ilumina de forma distinta, proyecta un aura agradable, sin egolatría. Resulta refrescante constatar que es una persona que crea porque vive, porque viaja constantemente con todos los sentidos en alerta. La música, una más de sus pasiones, es de nuevo el motivo central de su última colección, lo que demuestra que sus diseños son consecuentes con su forma de ver la vida: "Me nació la inspiración mientras escuchaba Jessie’s Girl de Rick Springfield en youtube. Me identifiqué con el video, pues me sentía con el corazón roto, enojado; además tenía el glamour de las luces destellantes que hicieron que creciera una tormenta de ideas en mi cabeza… sentimientos oscuros del rock."
Charlie Brown y sus amigos ¡60 aniversario! por Mechismo
Increíble, ya pasaron 60 años desde que Charles M. Schulz asistiera a una reunión en el United Feature Syndicate de Nueva York con una carpeta de dibujos de la famosa tira cómica Peanuts, también conocida como Charlie Brown y sus amigos.
El 2 de Octubre de 1950 apareció por primera vez en siete periódicos de Estados Unidos, transformándose en un gran éxito. El mítico comic, fue evolucionando, hasta que de tira cómica se convirtió en serie animada, programa de televisión y una serie de películas de dibujos animados protagonizada por el niño Charlie Brown y su inseparable mascota, Snoopy. Su popularidad fue tan grande que el expresidente Ronal Regan estableció el 25 de mayo como el día de Schulz, y la NASA otorga cada año un premio Snoopy.
Para celebrar el 60 aniversario algunas marcas como Lacoste, Longchamp, Mulberry, Original Fake y Converse han incluido en sus diseños a los personajes de Charlie Brown.
El 2 de Octubre de 1950 apareció por primera vez en siete periódicos de Estados Unidos, transformándose en un gran éxito. El mítico comic, fue evolucionando, hasta que de tira cómica se convirtió en serie animada, programa de televisión y una serie de películas de dibujos animados protagonizada por el niño Charlie Brown y su inseparable mascota, Snoopy. Su popularidad fue tan grande que el expresidente Ronal Regan estableció el 25 de mayo como el día de Schulz, y la NASA otorga cada año un premio Snoopy.
Para celebrar el 60 aniversario algunas marcas como Lacoste, Longchamp, Mulberry, Original Fake y Converse han incluido en sus diseños a los personajes de Charlie Brown.
Pasando el dato ¿Dónde está Wally? … ¡En todas partes! Por Mechismo
¿Dónde está Wally? … ¡En todas partes!
Todos conocemos a “Wally”. Todos hemos tratado de localizar en alguna escena abarrotada de personajes y situaciones al famoso personaje de lentes y suéter a rayas. Wally fue concebido originalmente en 1987 en el Reino Unido por el dibujante inglés Martin Hanford.
En sus dos primeros libros Wally vagaba solo, pero poco a poco se fueron incluyendo más personajes. Aparecieron Wilma y su gemela Wenda. Después se incluyó al que sería el némesis de Wally, Odlaw (Waldo al revés), muy parecido al héroe, excepto que su ropa es amarilla y negra. En El libro de las maravillas apareció el perro de Wally, Guau. En El viaje fantástico, Asistente de Barba Blanca, quien tiene una barba excepcionalmente larga. Además de sus fanáticos alrededor del mundo, en sus libros Wally también tiene un Club de Fans (Wally Watchers) que aparecieron por primera vez en el libro The Ultimate Fun Book.
Wally es mundialmente famoso y conforme se fue internacionalizando su nombre fue cambiando de acuerdo al país: en Croacia se llama Jura, en Dinamarca, Holger, en Francia y en Quebec, Charlie, en India, Hetti, en Alemania Walter y en Hungría Vili, en Israel es Efi y en Noruega Willy, en España se le conoce como Hugo y en Estados Unidos y Canadá es Waldo; tal vez su nombre más exótico sea el de Japón, su nombre en japonés es Wōrī.
Todos conocemos a “Wally”. Todos hemos tratado de localizar en alguna escena abarrotada de personajes y situaciones al famoso personaje de lentes y suéter a rayas. Wally fue concebido originalmente en 1987 en el Reino Unido por el dibujante inglés Martin Hanford.
En sus dos primeros libros Wally vagaba solo, pero poco a poco se fueron incluyendo más personajes. Aparecieron Wilma y su gemela Wenda. Después se incluyó al que sería el némesis de Wally, Odlaw (Waldo al revés), muy parecido al héroe, excepto que su ropa es amarilla y negra. En El libro de las maravillas apareció el perro de Wally, Guau. En El viaje fantástico, Asistente de Barba Blanca, quien tiene una barba excepcionalmente larga. Además de sus fanáticos alrededor del mundo, en sus libros Wally también tiene un Club de Fans (Wally Watchers) que aparecieron por primera vez en el libro The Ultimate Fun Book.
Wally es mundialmente famoso y conforme se fue internacionalizando su nombre fue cambiando de acuerdo al país: en Croacia se llama Jura, en Dinamarca, Holger, en Francia y en Quebec, Charlie, en India, Hetti, en Alemania Walter y en Hungría Vili, en Israel es Efi y en Noruega Willy, en España se le conoce como Hugo y en Estados Unidos y Canadá es Waldo; tal vez su nombre más exótico sea el de Japón, su nombre en japonés es Wōrī.
Sandra Lorenzano, Vestigios por Juan Miguel Hurtado
Será cierto que las manos forman las palabras? Como cántaro ansioso del que beberemos. Como caricia en cada hueso.
Con los brazos en cruz. La cabeza hacia el Oriente. Como si fuera uno más de los muertos del desierto. De los muertos tartamudos del desierto. Lejos del mar. Lejos del camino que permite el regreso.
Los brazos en cruz. La cabeza hacia el Oriente. El rezo lejos del mar.
El murmullo crece. Murmullo tartamudo del desierto.
Pero el mío es paisaje de ríos y de otoños, de luz que se filtra por las hojas. Paisaje de aire.
Paisaje de abandonos.
Los ríos son también la tumba secreta. Violencia de ramas y lodo que se arremolinan. La cabeza hacia el Oriente.
Podría recordar ahora alguna imagen lejana. Podría, tal vez, hablar de la piel en el instante en que entra al agua, del temblor, de las huellas en el cuerpo. De los vestigios de un tiempo ajeno en las tribulaciones de la lengua. En el balbuceo que me deja sin nombre. Podría, quizás, añorar el desierto.
Tartamudas son las venas que me alejan de la arena. Los brazos en cruz. Las palabras que me faltan. La piel que tiembla al entrar al agua. El murmullo crece. Vestigios.
A lo lejos suena una sirena, ladra un perro. El mundo es el que es aunque las palabras se ahoguen en el quiebre. Aunque no haya ríos. Ni otoños. Aunque agosto sea el mes más cruel.
Sandra Lorenzano, Vestigios (fragmento)
Para muchos la poesía es un género difícil, requiere permitir que el texto nos hable. La poesía tiene mucho de autobiográfico, es la voz desnuda, y contiene una gran dosis de realidad, de tu historia, de lo que eres.
Narradora y ensayista, escritora de poesía Sandra Lorenzano –también Vicerrectora Académica del Claustro de Sor Juana– presentó en la librería Bella Época, de Fondo de Cultura Económica, su libro de poemas, Vestigios. Con un tono melancólico pero valiente, surgido del dolor por la muerte de su madre poco antes de la publicación de su novela Saudades, Vestigios refleja el ser más íntimo y profundo de la autora. El libro intenta llevar al lector al límite de un abismo y salir del mismo renovado.
Vestigios, explica la escritora argentina radicada en México, nace del silencio, el silencio marcado por las ausencias, por el amor y la reflexión y va hacia el silencio, pero un silencio de plenitud.
*Sandra Lorenzano “Vestigios” Editorial Pre-Texto, 2010 en las mejores librerías o en http//sandralorenzano.blogspot.com
Con los brazos en cruz. La cabeza hacia el Oriente. Como si fuera uno más de los muertos del desierto. De los muertos tartamudos del desierto. Lejos del mar. Lejos del camino que permite el regreso.
Los brazos en cruz. La cabeza hacia el Oriente. El rezo lejos del mar.
El murmullo crece. Murmullo tartamudo del desierto.
Pero el mío es paisaje de ríos y de otoños, de luz que se filtra por las hojas. Paisaje de aire.
Paisaje de abandonos.
Los ríos son también la tumba secreta. Violencia de ramas y lodo que se arremolinan. La cabeza hacia el Oriente.
Podría recordar ahora alguna imagen lejana. Podría, tal vez, hablar de la piel en el instante en que entra al agua, del temblor, de las huellas en el cuerpo. De los vestigios de un tiempo ajeno en las tribulaciones de la lengua. En el balbuceo que me deja sin nombre. Podría, quizás, añorar el desierto.
Tartamudas son las venas que me alejan de la arena. Los brazos en cruz. Las palabras que me faltan. La piel que tiembla al entrar al agua. El murmullo crece. Vestigios.
A lo lejos suena una sirena, ladra un perro. El mundo es el que es aunque las palabras se ahoguen en el quiebre. Aunque no haya ríos. Ni otoños. Aunque agosto sea el mes más cruel.
Sandra Lorenzano, Vestigios (fragmento)
Para muchos la poesía es un género difícil, requiere permitir que el texto nos hable. La poesía tiene mucho de autobiográfico, es la voz desnuda, y contiene una gran dosis de realidad, de tu historia, de lo que eres.
Narradora y ensayista, escritora de poesía Sandra Lorenzano –también Vicerrectora Académica del Claustro de Sor Juana– presentó en la librería Bella Época, de Fondo de Cultura Económica, su libro de poemas, Vestigios. Con un tono melancólico pero valiente, surgido del dolor por la muerte de su madre poco antes de la publicación de su novela Saudades, Vestigios refleja el ser más íntimo y profundo de la autora. El libro intenta llevar al lector al límite de un abismo y salir del mismo renovado.
Vestigios, explica la escritora argentina radicada en México, nace del silencio, el silencio marcado por las ausencias, por el amor y la reflexión y va hacia el silencio, pero un silencio de plenitud.
*Sandra Lorenzano “Vestigios” Editorial Pre-Texto, 2010 en las mejores librerías o en http//sandralorenzano.blogspot.com
Ritos y tradiciones para el Año Nuevo por Mechismo
¿Uvas o lentejas? ¿Ropa interior roja o amarilla?... o ponérsela al revés. De dientes para afuera todos decimos que son tonterías, pero ¿quién no come sus 12 uvas al compás de cada una de las campanadas del reloj?
Son muchas las supersticiones para asegurarse un buen año, al gusto de cada quién, según sus deseos y necesidades. Te dejamos aquí algunos tips, igual no crees en las supersticiones, pero por si las dudas…
Para que tus aspiraciones y deseos se realicen: come las uvas al son de las campanadas del reloj (mejor si no tienen huesitos); es la más conocida, pero lo que no todos saben es que es mejor que sean seis verdes y seis negras.
Para que no te falte la comida y atraer prosperidad: come lentejas en la víspera del año nuevo.
Si quieres casarte: párate y siéntate con cada una de las 12 campanadas.
Para que haya prosperidad económica:
a. pon un billete en el zapato
b. recibe el año con un manojo de billetes en las manos
c. coloca un anillo de oro en la copa de champaña con la que brindarás
d. coloca 12 monedas doradas en un monedero rojo y guárdalo durante toda la cena
e. mete las manos en azúcar a la media noche y lávalas con champaña (aunque francamente me parece un desperdicio)
Si quieres atraer el amor: usa ropa interior roja; si no tienes a la mano, utiliza un listón rojo amarrado a la cintura por debajo de la ropa.
Si deseas buena salud: ropa interior blanca es la solución.
Para atraer buena energía, felicidad, buenos momentos y dinero: ropa interior amarilla; será todavía más efectivo si los calzones son regalados.
Para que no te falte ropa para estrenar: ¡que la ropa que usarás sea nueva!
Si deseas viajar: toma tus maletas y sal de la casa con ellas, e incluso dale una vuelta a la manzana.
Para que el año esté lleno de ascensos: súbete a una silla o a una escalera.
Para que no haya lágrimas ni penas: tira agua a la calle y barre de la puerta hacia afuera para expulsar todo lo malo.
Para que tus deseos se hagan realidad: haz una lista con ellos, dobla el papel y ábrelo a las 12 de la noche en punto.
Para borrar las cosas negativas del año: escríbelas y quémalas a media noche
Para que no falten el dinero y el amor en la familia: pon un centro dorado en la mesa y coloca velas rojas.
Podemos hacer alguno o algunos de estos rituales, pero lo más importante es tener fe en lo que se hace y dar gracias por todo lo que nos ha sido dado. Por cierto, no olvides que es necesario que haya un vino con burbujas para brindar, porque cada una de las burbujas significa la felicidad del año por venir.
Mechismo
Son muchas las supersticiones para asegurarse un buen año, al gusto de cada quién, según sus deseos y necesidades. Te dejamos aquí algunos tips, igual no crees en las supersticiones, pero por si las dudas…
Para que tus aspiraciones y deseos se realicen: come las uvas al son de las campanadas del reloj (mejor si no tienen huesitos); es la más conocida, pero lo que no todos saben es que es mejor que sean seis verdes y seis negras.
Para que no te falte la comida y atraer prosperidad: come lentejas en la víspera del año nuevo.
Si quieres casarte: párate y siéntate con cada una de las 12 campanadas.
Para que haya prosperidad económica:
a. pon un billete en el zapato
b. recibe el año con un manojo de billetes en las manos
c. coloca un anillo de oro en la copa de champaña con la que brindarás
d. coloca 12 monedas doradas en un monedero rojo y guárdalo durante toda la cena
e. mete las manos en azúcar a la media noche y lávalas con champaña (aunque francamente me parece un desperdicio)
Si quieres atraer el amor: usa ropa interior roja; si no tienes a la mano, utiliza un listón rojo amarrado a la cintura por debajo de la ropa.
Si deseas buena salud: ropa interior blanca es la solución.
Para atraer buena energía, felicidad, buenos momentos y dinero: ropa interior amarilla; será todavía más efectivo si los calzones son regalados.
Para que no te falte ropa para estrenar: ¡que la ropa que usarás sea nueva!
Si deseas viajar: toma tus maletas y sal de la casa con ellas, e incluso dale una vuelta a la manzana.
Para que el año esté lleno de ascensos: súbete a una silla o a una escalera.
Para que no haya lágrimas ni penas: tira agua a la calle y barre de la puerta hacia afuera para expulsar todo lo malo.
Para que tus deseos se hagan realidad: haz una lista con ellos, dobla el papel y ábrelo a las 12 de la noche en punto.
Para borrar las cosas negativas del año: escríbelas y quémalas a media noche
Para que no falten el dinero y el amor en la familia: pon un centro dorado en la mesa y coloca velas rojas.
Podemos hacer alguno o algunos de estos rituales, pero lo más importante es tener fe en lo que se hace y dar gracias por todo lo que nos ha sido dado. Por cierto, no olvides que es necesario que haya un vino con burbujas para brindar, porque cada una de las burbujas significa la felicidad del año por venir.
Mechismo
EL ALMA-CEN Guítele Chernitzky N… AVIDAD AL REVEZ SE LEE DÁDIVA… N
N… AVIDAD AL REVEZ SE LEE DÁDIVA… N
Los indios Cherokee nombran a los árboles “seres de pie”; dicen que son nuestros hermanos y hermanas en el reino de las plantas. Los seres de pie nos proveen de oxígeno para los hijos y las hijas de la Tierra, nos dan sombra, protección, casa para los seres amados, madera para construir y frutas deliciosas.
Cada árbol tiene su propio don y cualidades para compartir. Algunos incluso son curativos para lo físico y lo emocional. La Amazonia en particular está llena de árboles que llevan en sus venas propiedades y sustancias maravillosas que pueden asistir a la humanidad.
Los seres de pie nos han colmado de regalos, que tomamos ya como un hecho y no hacemos conciencia de esas bellezas; visualiza: muebles, libros, papel, frutas, tés, especias, remedios... ¡Ah! también, entre otros, el chicle (pero no lo mastique con la boca abierta, de favor ¿no?).
Además, cada árbol tiene una hermosa enseñanza para regalarnos si es que tenemos la sensibilidad para escucharlos, porque las susurran en el viento.
El abedul inspira la esencia de la verdad y la rectitud ante los demás.
Los pinos son proveedores de paz interior, nos enseñan a estar en armonía.
Las jacarandas ofrecen protección y la capacidad de ver a quienes nos traicionan para no permitirles la entrada a nuestro espacio sagrado.
Los sicamores nos murmuran al oído: “logra tus metas, lucha por tus sueños”.
El roble nos ofrece la fuerza y nos recuerda mantener nuestro cuerpo sano.
El nogal nos brinda claridad y la guía para usar la inteligencia.
El sauce es la madera del amor: nos recuerda dar y recibir lo necesario para que el amor fructifique.
El cerezo nos recuerda que el mejor camino para curar el dolor del corazón y de las relaciones con los demás es a través de la compasión.
Conforme escribo me lleno de oxígeno (en forma de suspiros), y al pensar en mi árbol favorito y que lección tengo que aprender, veo raíces profundas en el afecto, en relaciones nutrientes y espirituales, en reconectar la energía de la salud, de la productividad… en el perdón.
Los insto a revisar sus raíces, que representan las bendiciones del Universo y la gratitud de recibirlas; a que eleven sus brazos y cuerpo, como los árboles, para recibir todo lo que merecen.
Y sí, ya me imagino que pensarán: “y entonces, ¿qué tiene que ver con el título de la columna? “N… avidad al revés se lee dádiva… n”, se me ocurrió este juego de palabras cuando pensé en los árboles de Navidad y la tala indiscriminada. He escuchado frases como: “es que le dan un aroma tan navideño a la casa”, “a mi me gusta lo real, no de plástico”, o “sale más barato el árbol de a deveras”.
¡Aaaaah! (eso fue un grito) ¿Cómo está esto? Por favor háganme el favor y transformen esos pensamientos parásitos de la siguiente manera:
*Cómprense aromatizante olor a pino –¡pero ya!–
*No sale más barato el árbol natural, le queda usted debiendo al planeta, ¿eh?
*Los vecinos también le critican el peinado o la figura, o su vestimenta, haga oídos sordos.
Así que empiecen a activar el espíritu navideño ofreciendo una dádiva al planeta y a todos los que lo habitamos; mejor empecemos a quitar toda la yerba (ego) alrededor de nuestro árbol personal para que podamos pararnos con dignidad… igua que los “seres de pie”.
El letrerito del Alma-cen hoy dice así: “Llévese unos arbolitos de imitación, y les regalo las manzanas, ¡cómo no¡”
Los indios Cherokee nombran a los árboles “seres de pie”; dicen que son nuestros hermanos y hermanas en el reino de las plantas. Los seres de pie nos proveen de oxígeno para los hijos y las hijas de la Tierra, nos dan sombra, protección, casa para los seres amados, madera para construir y frutas deliciosas.
Cada árbol tiene su propio don y cualidades para compartir. Algunos incluso son curativos para lo físico y lo emocional. La Amazonia en particular está llena de árboles que llevan en sus venas propiedades y sustancias maravillosas que pueden asistir a la humanidad.
Los seres de pie nos han colmado de regalos, que tomamos ya como un hecho y no hacemos conciencia de esas bellezas; visualiza: muebles, libros, papel, frutas, tés, especias, remedios... ¡Ah! también, entre otros, el chicle (pero no lo mastique con la boca abierta, de favor ¿no?).
Además, cada árbol tiene una hermosa enseñanza para regalarnos si es que tenemos la sensibilidad para escucharlos, porque las susurran en el viento.
El abedul inspira la esencia de la verdad y la rectitud ante los demás.
Los pinos son proveedores de paz interior, nos enseñan a estar en armonía.
Las jacarandas ofrecen protección y la capacidad de ver a quienes nos traicionan para no permitirles la entrada a nuestro espacio sagrado.
Los sicamores nos murmuran al oído: “logra tus metas, lucha por tus sueños”.
El roble nos ofrece la fuerza y nos recuerda mantener nuestro cuerpo sano.
El nogal nos brinda claridad y la guía para usar la inteligencia.
El sauce es la madera del amor: nos recuerda dar y recibir lo necesario para que el amor fructifique.
El cerezo nos recuerda que el mejor camino para curar el dolor del corazón y de las relaciones con los demás es a través de la compasión.
Conforme escribo me lleno de oxígeno (en forma de suspiros), y al pensar en mi árbol favorito y que lección tengo que aprender, veo raíces profundas en el afecto, en relaciones nutrientes y espirituales, en reconectar la energía de la salud, de la productividad… en el perdón.
Los insto a revisar sus raíces, que representan las bendiciones del Universo y la gratitud de recibirlas; a que eleven sus brazos y cuerpo, como los árboles, para recibir todo lo que merecen.
Y sí, ya me imagino que pensarán: “y entonces, ¿qué tiene que ver con el título de la columna? “N… avidad al revés se lee dádiva… n”, se me ocurrió este juego de palabras cuando pensé en los árboles de Navidad y la tala indiscriminada. He escuchado frases como: “es que le dan un aroma tan navideño a la casa”, “a mi me gusta lo real, no de plástico”, o “sale más barato el árbol de a deveras”.
¡Aaaaah! (eso fue un grito) ¿Cómo está esto? Por favor háganme el favor y transformen esos pensamientos parásitos de la siguiente manera:
*Cómprense aromatizante olor a pino –¡pero ya!–
*No sale más barato el árbol natural, le queda usted debiendo al planeta, ¿eh?
*Los vecinos también le critican el peinado o la figura, o su vestimenta, haga oídos sordos.
Así que empiecen a activar el espíritu navideño ofreciendo una dádiva al planeta y a todos los que lo habitamos; mejor empecemos a quitar toda la yerba (ego) alrededor de nuestro árbol personal para que podamos pararnos con dignidad… igua que los “seres de pie”.
El letrerito del Alma-cen hoy dice así: “Llévese unos arbolitos de imitación, y les regalo las manzanas, ¡cómo no¡”
CHARLES DICKENS (1812-1870) por Juan Miguel Hurtado
Honraré a la Navidad en mi corazón, y trataré de mantenerla ahí todo el año
Charles Dickens, Cuento de navidad
Hay demasiado de Dickens entre nosotros para saber dónde comenzar acertadamente. Su fantasma nos persigue como al famoso Scrooge de su cuento. El más grande novelista inglés de la era Victoriana podría muy bien ser, sin temor a exagerar, el más influyente novelista en el panorama literario actual.
El reinado de Victoria (1837-1931) marca la época más próspera e industriosa en la historia del Imperio Británico. Sus trenes y barcos, inventos recientes, llevaban a todos los rincones del mundo los productos de sus fábricas industriales, regresándole después inmensas sumas de capital. En esta escala, la Gran Bretaña era un imperio próspero y digno del inmenso orgullo de sus habitantes. Sin embargo, con el capitalismo voraz brotó un inmenso abismo entre la población que la polarizó hasta un punto extremo; para José Emilio Pacheco “muy pronto los victorianos expresaron sus dudas sobre el sentido y el precio humano de un desarrollo a toda costa que acumulaba inmensos capitales a cambio de engendrar miserias y sufrimientos nunca vistos”. La situación se hacía más evidente en las grandes ciudades industriales, como la propia Londres.
La novela moderna nació frente a ese panorama. Los novelistas se convirtieron en “el historiador de la vida privada. El cronista de la gente que no tiene historia, el corresponsal del hoy fugaz que de otro modo se evapora sin dejar huella”. Sus escritos, herederos de los cuentos épicos de grandes héroes y reyes, migraron hacia “la epopeya de los pobres”. Frente a la literatura romántica, exacerbadamente individualista, nació este género que buscaba explicar y retratar a la sociedad en su conjunto.
Charles Dickens es el gran inventor –y a la fecha nadie ha superado al maestro– del melodrama urbano. Su historias recogen a estas almas perdidas de la ciudad a través de distintos ojos: la del niño desamparado o huérfano (Oliver Twist, David Copperfield), la del migrante del campo (Grandes esperanzas), la del obrero (Tiempos difíciles).
En vida fue amado como nadie a todos los niveles: por los miserables, despojos del capitalismo, porque se veían reflejados y hasta reivindicados cuando se les leían en voz alta los minuciosamente descriptivos capítulos de sus obras publicados en los periódicos; los burgueses porque, al fin y al cabo, ponía al frente, como solución máxima, apegarse a los valores morales victorianos: honestidad, caridad cristiana; fue por excelencia el novelista familiar leído en la sala de la casa. Su popularidad era descomunal y se desbordó hasta Estados Unidos, donde la gente se abarrotaba en los muelles para preguntar a los marineros cuál había sido el desenlace del último capítulo escrito por Dickens. En ocasiones tuvo que cambiar la trama para que la gente no sufriera demasiado con el destino de sus personajes.
“Clásico tan universal como Shakespeare”, nos legó los efectivos arquetipos de todo el entretenimiento popular, al grado que muchos lo tacharon de un mero entretainer, más que de un gran novelista. Es, para bien y para mal, responsable del triunfo del best-seller, de los personajes y tramas de prácticamente cualquier telenovela (los buenos buenísimos, en sus novelas obreros y miserables, frente a los villanos capitalistas). Podríamos ir tan lejos como achacarle también el éxito de la comedia romántica en el cine, arte que también le debe mucho, pues D.W. Griffith, creador del montaje cinematográfico, confesó haberse inspirado en la técnica narrativa de Dickens.
Por último, y muy adhoc para estas épocas, “a él se debe en gran medida el concepto de la Navidad como celebración de la paz y armonía familiares”, gracias a su Cuento de Navidad, que grabó para siempre en nuestra memoria al personaje del Tío Scrooge que con tanto éxito reprodujo Disney.
Juan Miguel Hurtado
Charles Dickens, Cuento de navidad
Hay demasiado de Dickens entre nosotros para saber dónde comenzar acertadamente. Su fantasma nos persigue como al famoso Scrooge de su cuento. El más grande novelista inglés de la era Victoriana podría muy bien ser, sin temor a exagerar, el más influyente novelista en el panorama literario actual.
El reinado de Victoria (1837-1931) marca la época más próspera e industriosa en la historia del Imperio Británico. Sus trenes y barcos, inventos recientes, llevaban a todos los rincones del mundo los productos de sus fábricas industriales, regresándole después inmensas sumas de capital. En esta escala, la Gran Bretaña era un imperio próspero y digno del inmenso orgullo de sus habitantes. Sin embargo, con el capitalismo voraz brotó un inmenso abismo entre la población que la polarizó hasta un punto extremo; para José Emilio Pacheco “muy pronto los victorianos expresaron sus dudas sobre el sentido y el precio humano de un desarrollo a toda costa que acumulaba inmensos capitales a cambio de engendrar miserias y sufrimientos nunca vistos”. La situación se hacía más evidente en las grandes ciudades industriales, como la propia Londres.
La novela moderna nació frente a ese panorama. Los novelistas se convirtieron en “el historiador de la vida privada. El cronista de la gente que no tiene historia, el corresponsal del hoy fugaz que de otro modo se evapora sin dejar huella”. Sus escritos, herederos de los cuentos épicos de grandes héroes y reyes, migraron hacia “la epopeya de los pobres”. Frente a la literatura romántica, exacerbadamente individualista, nació este género que buscaba explicar y retratar a la sociedad en su conjunto.
Charles Dickens es el gran inventor –y a la fecha nadie ha superado al maestro– del melodrama urbano. Su historias recogen a estas almas perdidas de la ciudad a través de distintos ojos: la del niño desamparado o huérfano (Oliver Twist, David Copperfield), la del migrante del campo (Grandes esperanzas), la del obrero (Tiempos difíciles).
En vida fue amado como nadie a todos los niveles: por los miserables, despojos del capitalismo, porque se veían reflejados y hasta reivindicados cuando se les leían en voz alta los minuciosamente descriptivos capítulos de sus obras publicados en los periódicos; los burgueses porque, al fin y al cabo, ponía al frente, como solución máxima, apegarse a los valores morales victorianos: honestidad, caridad cristiana; fue por excelencia el novelista familiar leído en la sala de la casa. Su popularidad era descomunal y se desbordó hasta Estados Unidos, donde la gente se abarrotaba en los muelles para preguntar a los marineros cuál había sido el desenlace del último capítulo escrito por Dickens. En ocasiones tuvo que cambiar la trama para que la gente no sufriera demasiado con el destino de sus personajes.
“Clásico tan universal como Shakespeare”, nos legó los efectivos arquetipos de todo el entretenimiento popular, al grado que muchos lo tacharon de un mero entretainer, más que de un gran novelista. Es, para bien y para mal, responsable del triunfo del best-seller, de los personajes y tramas de prácticamente cualquier telenovela (los buenos buenísimos, en sus novelas obreros y miserables, frente a los villanos capitalistas). Podríamos ir tan lejos como achacarle también el éxito de la comedia romántica en el cine, arte que también le debe mucho, pues D.W. Griffith, creador del montaje cinematográfico, confesó haberse inspirado en la técnica narrativa de Dickens.
Por último, y muy adhoc para estas épocas, “a él se debe en gran medida el concepto de la Navidad como celebración de la paz y armonía familiares”, gracias a su Cuento de Navidad, que grabó para siempre en nuestra memoria al personaje del Tío Scrooge que con tanto éxito reprodujo Disney.
Juan Miguel Hurtado
Will E. Coyote: El héroe más villano por Mechismo
Will E. Coyote fue creado por Chuck Jones en 1948, y sus aventuras se deben al trabajo del escritor Michael Maltese. La caricatura es distinta por su toque irónico: el héroe es el villano, la audiencia siempre espera que el Coyote alcance al Correcaminos. La mayoría de los episodios siguen una misma línea: el Coyote, con la ayuda de los inventos que adquiere de la ficticia marca ACME, persigue infructuosamente a su némesis. Sin embargo, hay varios capítulos que guardan sorpresas.
¿Sabías que el Coyote habla? Generalmente sus diálogos eran por carteles, sin embargo en algunos episodios, como en “Operación Rabbit”, cuando trata de atrapar a Bugs Bunny en lugar de al Correcaminos, el Coyote se expresa con un sensacional acento británico y se refiere a sí mismo como “Will E. Coyote: Súper Genio”.
En algún episodio hay una carrera entre Speedy González y el Corre-Caminos, lo cual sólo refrenda lo difícil que resulta cazarlo para el pobre Coyote.
En “Soup or Sonic”, treinta y un años después de su creación, por fin el Coyote alcanza al Correcaminos. Como fue algo inédito para todos –incluyendo a nuestro héroe–, se voltea y pregunta “OK chicos sabios, ustedes siempre quisieron que lo cazara, ¿ahora qué hago?”. En esa ocasión el Coyote se había encogido y tenía en sus manos a un gigante Correcaminos.
Mechismo
¿Sabías que el Coyote habla? Generalmente sus diálogos eran por carteles, sin embargo en algunos episodios, como en “Operación Rabbit”, cuando trata de atrapar a Bugs Bunny en lugar de al Correcaminos, el Coyote se expresa con un sensacional acento británico y se refiere a sí mismo como “Will E. Coyote: Súper Genio”.
En algún episodio hay una carrera entre Speedy González y el Corre-Caminos, lo cual sólo refrenda lo difícil que resulta cazarlo para el pobre Coyote.
En “Soup or Sonic”, treinta y un años después de su creación, por fin el Coyote alcanza al Correcaminos. Como fue algo inédito para todos –incluyendo a nuestro héroe–, se voltea y pregunta “OK chicos sabios, ustedes siempre quisieron que lo cazara, ¿ahora qué hago?”. En esa ocasión el Coyote se había encogido y tenía en sus manos a un gigante Correcaminos.
Mechismo
Agatha Christie y su misteriosa desaparición por Mechismo
El 3 de diciembre de 1926 la autora Agatha Christie, “La Reina del Crimen”, se despidió de su hija Rosalind y salió de su casa en Styles, al poniente de Londres; a media noche salió en su automóvil Morris Cowley. Horas después, el auto fue encontrado abandonado en una cantera muy cerca de su casa con las puertas abiertas; al interior estaban sus maletas, su abrigo y su saco, pero no se encontró rastro de Agatha por ningún lado.
De inmediato surgió la preocupación, el gobierno británico movilizó a la policía, que no dio con pista alguna. Los titulares de los periódicos hacían conjeturas, que si había abandonado al marido para fugarse con otro hombre, si se habría suicidado o que si el infiel marido Archie Christie la había asesinado. Las diversas hipótesis parecían haber salido de alguna de sus novelas, e incluso se llegó a pensar que era un truco publicitario para demostrar que era posible desaparecer sin dejar huellas, pues para entonces acababa de publicar El asesinato de Roger Ackroyd. Ante la expectativa e incertidumbre el ministro del interior William Joynson-Hicks, popularmente conocido como Jix, ordenó a la policía que acelerara sus investigaciones; hasta Sir Arthur Conan Doyle, el célebre novelista creador de Sherlock Holmes, ofreció su ayuda.
Pasaron once largos días y al fin Agatha Christie fue encontrada en el Hydropathic Hotel, un lujoso complejo ubicado en Harrogate, en el norte de Inglaterra. Se había registrado bajo el nombre de la amante de su marido, Theresa Neele, y durante esos días convivió con los demás huéspedes del hotel mostrándose intrigada, como todos, por la suerte de Agatha Christie. Después de unos días, al ver que no recibía cartas de su familia, publicó un anuncio en el periódico The Times: “Amigos y parientes de Theresa Neele, pónganse en contacto con ella en el Hydropathic Hotel, Harrogate”. Al día siguiente, el onceavo de su estancia en el hotel, se le acercó una persona, al que saludó como a un desconocido: era Archie Christie, su marido; Agatha Christie, transformada en Theresa Neele, aparentemente había perdido la memoria, y dijo con toda tranquilidad “Mi hermano acaba de llegar”.
Los periódicos ingleses organizaron una campaña para que la escritora pagara 3,000 libras esterlinas, que fue el costo de su búsqueda. Muchas teorías se han esgrimido respecto a ese “episodio en blanco”. Algunos hablan de un “estado de fuga”, de una crisis nerviosa y otros de que su único fin fue desbaratar los planes de su marido con su amante y darle una lección. Sólo ella supo la verdad, pero mientras estuvo en el lujoso hotel en Harrogate siguió escribiendo sus famosos relatos… ¿Amor o venganza?
Mechismo
De inmediato surgió la preocupación, el gobierno británico movilizó a la policía, que no dio con pista alguna. Los titulares de los periódicos hacían conjeturas, que si había abandonado al marido para fugarse con otro hombre, si se habría suicidado o que si el infiel marido Archie Christie la había asesinado. Las diversas hipótesis parecían haber salido de alguna de sus novelas, e incluso se llegó a pensar que era un truco publicitario para demostrar que era posible desaparecer sin dejar huellas, pues para entonces acababa de publicar El asesinato de Roger Ackroyd. Ante la expectativa e incertidumbre el ministro del interior William Joynson-Hicks, popularmente conocido como Jix, ordenó a la policía que acelerara sus investigaciones; hasta Sir Arthur Conan Doyle, el célebre novelista creador de Sherlock Holmes, ofreció su ayuda.
Pasaron once largos días y al fin Agatha Christie fue encontrada en el Hydropathic Hotel, un lujoso complejo ubicado en Harrogate, en el norte de Inglaterra. Se había registrado bajo el nombre de la amante de su marido, Theresa Neele, y durante esos días convivió con los demás huéspedes del hotel mostrándose intrigada, como todos, por la suerte de Agatha Christie. Después de unos días, al ver que no recibía cartas de su familia, publicó un anuncio en el periódico The Times: “Amigos y parientes de Theresa Neele, pónganse en contacto con ella en el Hydropathic Hotel, Harrogate”. Al día siguiente, el onceavo de su estancia en el hotel, se le acercó una persona, al que saludó como a un desconocido: era Archie Christie, su marido; Agatha Christie, transformada en Theresa Neele, aparentemente había perdido la memoria, y dijo con toda tranquilidad “Mi hermano acaba de llegar”.
Los periódicos ingleses organizaron una campaña para que la escritora pagara 3,000 libras esterlinas, que fue el costo de su búsqueda. Muchas teorías se han esgrimido respecto a ese “episodio en blanco”. Algunos hablan de un “estado de fuga”, de una crisis nerviosa y otros de que su único fin fue desbaratar los planes de su marido con su amante y darle una lección. Sólo ella supo la verdad, pero mientras estuvo en el lujoso hotel en Harrogate siguió escribiendo sus famosos relatos… ¿Amor o venganza?
Mechismo
COPYLEFT por Santiago Rodríguez
Desde hace más de 60 años, la industria musical ha generado millones de dólares en ganancias gracias a un conjunto de normas y principios que regulan los derechos que la ley concede a los autores. Estas normas son conocidas como Derechos de Autor, o Copyright en inglés. Pero estas leyes, que fueron creadas hace mucho tiempo, han sido abusadas por quienes controlan las economías de la creatividad. En muchas ocasiones, estas personas dejan a los creadores sin control alguno de sus obras, pues éstos se ven forzados a firmar contratos de carácter mefistofélico si es que quieren formar parte de la industria.
¿Qué pasa cuando la expresión de un artista utiliza como cimiento de su obra un la creación previa de otro autor? Tomemos, por ejemplo, el (ab)uso de los remixes o covers en la música en general, el uso de sampleos en el hip-hop, o el perfecto ejemplo del artista británico Bansky para la pintura.
En la década de los setenta, un brillante programador de software neoyorkino, Richard Matthew Stallman –también conocido como R.M.S.– comenzó un movimiento que, aunque tuvo su origen en el campo de la informática y de la programación, pronto se expandió hasta llegar a oídos de artistas, creadores y autores de todo tipo. Esta nueva visión sostenía y defendía la creación de una plataforma abierta y libre para el desarrollo creativo, donde las obras serían usadas como nuevas plataformas para creaciones subsecuentes; es decir, establecía un marco referencial para el uso libre, y negaba la exclusividad otorgada por el Copyright. De hecho es su antítesis, y su nombre es Copyleft.
El Copyleft deja en manos de la humanidad el producto. Es decir, el creador ya no tiene ningún derecho sobre su obra, ésta es cedida para el uso de todos. Pensemos que de esta misma manera funciona el conocimiento científico: se construyen teorías y se llega a las leyes mediante el apilamiento (piling on) sistemático del saber comprobable que reúne cada una de las ramas científicas. Muchas veces es sólo mediante la colaboración entre estas ramas y a través de compartir datos que se sientan las bases para un nuevo descubrimiento científico.
Podríamos pensar que si la información inmediata y su divulgación masiva es una vital característica de nuestra época, la creación artística o el desarrollo artístico de un creador se sostiene –al igual que en la ciencia–, como dirían los estadounidenses,
"standing on the shoulders of giants" [sobre los hombros de gigantes].
¿Cómo entender el genio de Afrika Bambaataa sin Kraftwerk, o a Banksy sin Monet? El ejemplo actual más claro que se me ocurre es el caso del DJ y productor Danger Mouse, quien intentó comercializar su disco bajo el nombre de The Grey Album; el título era lógico, pues se trataba de una mezcla de la música del White Album de los Beatles y las voces a capella del Black Album de Jay-Z. No duró más de 24 horas en las tiendas antes de que fuera recogido y destruido por EMI, su disquera.
La organización Downhill Battle, con sede en Massachusets, E.U., apoya sin ánimo de lucro la "cultura participativa" de la sociedad; afirma que todo el mundo es partícipe de la creación y promueve el que se comparta música entre las personas. Logró que quienes no pudieron comprar The Grey Album antes de que lo retiraran de las tiendas lo pudieran descargar mediante un software construido por la comunidad de usarios, lo que reforzó su carácter de plataforma abierta. Así, fue el mismo mecanismo de apertura para compartir conocimiento y creaciones, lo que llevó tanto a Danger Mouse a crear The
Grey Album como a sus fans a poder tenerlo.
El espíritu de Copyleft busca derribar las barreras entre los seres humanos para crecer como una sociedad conjunta y no como corporaciones disgregadas en flagrante competencia. A fin de cuentas, las ganancias de la gran mayoría de las obras artísticas
del mundo no llegan a los autores que las crearon, sino a los bolsillos de los dueños de gigantescas empresas que no tienen noción siquiera de lo que sucede a sus pies. La cultura, al igual que la ciencia, es una herencia general que no debería estar reservada a
los pocos que pueden pagar por ella. La tecnología está derribando esta noción arcaica, y redefiniendo asimismo el futuro de la humanidad, nos guste o no esta tendencia. Let's get on the train before it's too late.
Santiago Rodríguez
¿Qué pasa cuando la expresión de un artista utiliza como cimiento de su obra un la creación previa de otro autor? Tomemos, por ejemplo, el (ab)uso de los remixes o covers en la música en general, el uso de sampleos en el hip-hop, o el perfecto ejemplo del artista británico Bansky para la pintura.
En la década de los setenta, un brillante programador de software neoyorkino, Richard Matthew Stallman –también conocido como R.M.S.– comenzó un movimiento que, aunque tuvo su origen en el campo de la informática y de la programación, pronto se expandió hasta llegar a oídos de artistas, creadores y autores de todo tipo. Esta nueva visión sostenía y defendía la creación de una plataforma abierta y libre para el desarrollo creativo, donde las obras serían usadas como nuevas plataformas para creaciones subsecuentes; es decir, establecía un marco referencial para el uso libre, y negaba la exclusividad otorgada por el Copyright. De hecho es su antítesis, y su nombre es Copyleft.
El Copyleft deja en manos de la humanidad el producto. Es decir, el creador ya no tiene ningún derecho sobre su obra, ésta es cedida para el uso de todos. Pensemos que de esta misma manera funciona el conocimiento científico: se construyen teorías y se llega a las leyes mediante el apilamiento (piling on) sistemático del saber comprobable que reúne cada una de las ramas científicas. Muchas veces es sólo mediante la colaboración entre estas ramas y a través de compartir datos que se sientan las bases para un nuevo descubrimiento científico.
Podríamos pensar que si la información inmediata y su divulgación masiva es una vital característica de nuestra época, la creación artística o el desarrollo artístico de un creador se sostiene –al igual que en la ciencia–, como dirían los estadounidenses,
"standing on the shoulders of giants" [sobre los hombros de gigantes].
¿Cómo entender el genio de Afrika Bambaataa sin Kraftwerk, o a Banksy sin Monet? El ejemplo actual más claro que se me ocurre es el caso del DJ y productor Danger Mouse, quien intentó comercializar su disco bajo el nombre de The Grey Album; el título era lógico, pues se trataba de una mezcla de la música del White Album de los Beatles y las voces a capella del Black Album de Jay-Z. No duró más de 24 horas en las tiendas antes de que fuera recogido y destruido por EMI, su disquera.
La organización Downhill Battle, con sede en Massachusets, E.U., apoya sin ánimo de lucro la "cultura participativa" de la sociedad; afirma que todo el mundo es partícipe de la creación y promueve el que se comparta música entre las personas. Logró que quienes no pudieron comprar The Grey Album antes de que lo retiraran de las tiendas lo pudieran descargar mediante un software construido por la comunidad de usarios, lo que reforzó su carácter de plataforma abierta. Así, fue el mismo mecanismo de apertura para compartir conocimiento y creaciones, lo que llevó tanto a Danger Mouse a crear The
Grey Album como a sus fans a poder tenerlo.
El espíritu de Copyleft busca derribar las barreras entre los seres humanos para crecer como una sociedad conjunta y no como corporaciones disgregadas en flagrante competencia. A fin de cuentas, las ganancias de la gran mayoría de las obras artísticas
del mundo no llegan a los autores que las crearon, sino a los bolsillos de los dueños de gigantescas empresas que no tienen noción siquiera de lo que sucede a sus pies. La cultura, al igual que la ciencia, es una herencia general que no debería estar reservada a
los pocos que pueden pagar por ella. La tecnología está derribando esta noción arcaica, y redefiniendo asimismo el futuro de la humanidad, nos guste o no esta tendencia. Let's get on the train before it's too late.
Santiago Rodríguez
EL ALMA-CÉN Sobreviviendo… El desamor Guítele Chernitsky
Y aquí en el cafecito, sin ti… soy como dos a solas
F. Pessoa
¿Cuántos libros se habrán escrito?, ¿¡cuántas canciones y cuántos poemas!?... y todo, por culpa de un amor perdido.
Hoy, yo no voy a intentar venderles aquí en mi alma-cén ninguno de esos libros, canciones o poemas, de que dicen “y sigue de amor la flama”; pero sí les voy a regalar algunos ingredientes para lograr, en caso necesario, cambiar, modificar o incluso borrar el contenido mental negativo –en algunas ocasiones, hasta catastrófico– que nos impide entender, curar y sobrevivir la pérdida… para poder seguir adelante.
Quiero empezar con los más dulces: lo primero a saber:
-El proceso de curación tiene comienzo, duración y cierre.
-Cada quién tiene su ritmo y tiempo.
-¡No se pongan máscaras para quedar bien con nadie!
-La naturaleza y el universo están de nuestro lado.
-¡Vamos a estar mejor!
-Visualicemos… estoy vivo(a). ¡Sobreviviré! No se dejen marear por tanto término psicológico y tantos pseudoterapeutas que de pronto inventan estrategias de mercadotecnia para vender la verdad (eso sí, no nos dicen en qué esquina la venden, ¿verdad?) y que nos hacen listas interminables de las etapas que hay que vivir a según sus clichés.
De una forma sencilla, que no mareadora, las etapas son:
-Shock o negación. Aquí no podemos creer que hayamos terminado la relación. La mente lo niega. El cuerpo se anestesia y es, en este momento, donde nuestras defensas toman acción para protegernos del impacto.
-Miedo, dolor, rabia, depresión. Son emociones y reacciones asociadas con la pérdida. En esta etapa perdemos la concentración, olvidamos las cosas, sentimos angustia, pérdida de fe.
-Entendimiento y aceptación. En esta etapa nos damos cuenta que hemos sobrevivido al dolor. Que ya podemos escuchar una cancioncita, o aspirar un aroma que nos recuerde al amado, ya distinto y distante, y no nos devasta.
-Nuestro cuerpo está sanando. Nuestra mente acepta pasar a un nuevo capítulo y nuestro espíritu recobra fe.
En las etapas mencionadas anteriormente no debemos olvidar cuidarnos y apapacharnos. ¿Cómo? Intentar descansar más, tratar de relajarnos y dormir dos o tres horas extras; ser gentiles con nosotros mismos, no tratar de hacer todo a la vez, y sobre todo, no andar “cilindreándonos” con lo mismo.
Tenemos que descansar nuestras emociones, tener cuidado con las noticias o películas que nos afecten y reuniones donde haya mucha gente. Entender la pérdida implica hacer contacto con nuestros sentimientos sin descalificarlos ni anularlos. Por ejemplo, en un solo día podemos sentir enojo, culpa, frustración, alivio, pero no hay que temer a esos sentimientos… van a pasar.
Recordemos que el proceso continúa aun cuando ya estemos sintiéndonos mejor. Los recuerdos pueden volver cuando se les pase a antojar, no avisan y no piden permiso.
¡CUIDADO! Eso no significa que nos estamos hundiendo de nuevo en la depresión o la tristeza.
Es el rezago, que como llega… pasará, si es que auténticamente vivimos una a una las etapas de duelo. Existe una estrategia infalible que nos ayuda enormemente en el camino hacia la curación, y consiste en hacer por nosotros mismos todo aquello que de pronto hacíamos por ese amor que ya no es nuestro. Desde comprarnos un regalo, por pequeño que sea, hasta masajear nuestros pies con mucha cremita mientras vemos una novela o el fútbol. Esto no irá permitiendo el ir formando poco a poco una red de apoyo positiva, que nos irá fortaleciendo en nuestra persona, familia, trabajo y amigos. Créanme que ahí irán descubriendo a su yo más fuerte, a su yo perdonador.
Los seres humanos tardamos tanto en confiar en nuestros propios arsenales que dejamos de ver lo divino que hay en nosotros. ¡Ya quiéranse más, por favor, se los pido!
La canción que más ha sonado hoy en el alma-cen dice más o menos así:
“¡Que la chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar!”. Y me voy… tarareándola…
F. Pessoa
¿Cuántos libros se habrán escrito?, ¿¡cuántas canciones y cuántos poemas!?... y todo, por culpa de un amor perdido.
Hoy, yo no voy a intentar venderles aquí en mi alma-cén ninguno de esos libros, canciones o poemas, de que dicen “y sigue de amor la flama”; pero sí les voy a regalar algunos ingredientes para lograr, en caso necesario, cambiar, modificar o incluso borrar el contenido mental negativo –en algunas ocasiones, hasta catastrófico– que nos impide entender, curar y sobrevivir la pérdida… para poder seguir adelante.
Quiero empezar con los más dulces: lo primero a saber:
-El proceso de curación tiene comienzo, duración y cierre.
-Cada quién tiene su ritmo y tiempo.
-¡No se pongan máscaras para quedar bien con nadie!
-La naturaleza y el universo están de nuestro lado.
-¡Vamos a estar mejor!
-Visualicemos… estoy vivo(a). ¡Sobreviviré! No se dejen marear por tanto término psicológico y tantos pseudoterapeutas que de pronto inventan estrategias de mercadotecnia para vender la verdad (eso sí, no nos dicen en qué esquina la venden, ¿verdad?) y que nos hacen listas interminables de las etapas que hay que vivir a según sus clichés.
De una forma sencilla, que no mareadora, las etapas son:
-Shock o negación. Aquí no podemos creer que hayamos terminado la relación. La mente lo niega. El cuerpo se anestesia y es, en este momento, donde nuestras defensas toman acción para protegernos del impacto.
-Miedo, dolor, rabia, depresión. Son emociones y reacciones asociadas con la pérdida. En esta etapa perdemos la concentración, olvidamos las cosas, sentimos angustia, pérdida de fe.
-Entendimiento y aceptación. En esta etapa nos damos cuenta que hemos sobrevivido al dolor. Que ya podemos escuchar una cancioncita, o aspirar un aroma que nos recuerde al amado, ya distinto y distante, y no nos devasta.
-Nuestro cuerpo está sanando. Nuestra mente acepta pasar a un nuevo capítulo y nuestro espíritu recobra fe.
En las etapas mencionadas anteriormente no debemos olvidar cuidarnos y apapacharnos. ¿Cómo? Intentar descansar más, tratar de relajarnos y dormir dos o tres horas extras; ser gentiles con nosotros mismos, no tratar de hacer todo a la vez, y sobre todo, no andar “cilindreándonos” con lo mismo.
Tenemos que descansar nuestras emociones, tener cuidado con las noticias o películas que nos afecten y reuniones donde haya mucha gente. Entender la pérdida implica hacer contacto con nuestros sentimientos sin descalificarlos ni anularlos. Por ejemplo, en un solo día podemos sentir enojo, culpa, frustración, alivio, pero no hay que temer a esos sentimientos… van a pasar.
Recordemos que el proceso continúa aun cuando ya estemos sintiéndonos mejor. Los recuerdos pueden volver cuando se les pase a antojar, no avisan y no piden permiso.
¡CUIDADO! Eso no significa que nos estamos hundiendo de nuevo en la depresión o la tristeza.
Es el rezago, que como llega… pasará, si es que auténticamente vivimos una a una las etapas de duelo. Existe una estrategia infalible que nos ayuda enormemente en el camino hacia la curación, y consiste en hacer por nosotros mismos todo aquello que de pronto hacíamos por ese amor que ya no es nuestro. Desde comprarnos un regalo, por pequeño que sea, hasta masajear nuestros pies con mucha cremita mientras vemos una novela o el fútbol. Esto no irá permitiendo el ir formando poco a poco una red de apoyo positiva, que nos irá fortaleciendo en nuestra persona, familia, trabajo y amigos. Créanme que ahí irán descubriendo a su yo más fuerte, a su yo perdonador.
Los seres humanos tardamos tanto en confiar en nuestros propios arsenales que dejamos de ver lo divino que hay en nosotros. ¡Ya quiéranse más, por favor, se los pido!
La canción que más ha sonado hoy en el alma-cen dice más o menos así:
“¡Que la chancla que yo tiro, no la vuelvo a levantar!”. Y me voy… tarareándola…
el inquilino guionista: El guionista que no servía “para esto”
el inquilino guionista: El guionista que no servía “para esto”: "“ Hablando con una amiga sobre este tema, ambos coincidíamos en que no hay ni un sólo guionista que no ..."
http://elinquilinoguionista.blogspot.com/
http://elinquilinoguionista.blogspot.com/
INTRODUCCIÓN AL CIEMPIÉS por Harald Rumpler
Multiforme, caprichoso, depredador, impredecible, el ciempiés se aparece en tus ratos de tedio y desencanto, después de haber paladeado la muerte tras una siesta a media tarde. Reptar por tu cuerpo, meterse en tu mente, roer tus huesos, hurgar en tus vísceras, es su deleite. Suele habitar los páramos creativos, cuando no se tienen ganas de escribir o leer; surgir en la resaca o los domingos lentos con sabor a fin de mundo; cuando la cartelera cinematográfica no ofrece nada que valga la pena; cuando constatas en el televisor cuán estúpida y lamentable puede llegar a ser la especie humana. En tales casos el ciempiés es implacable y una vez dentro de ti su hiel se propaga por tu cuerpo inevitablemente.
Este espacio relatará las batallas que libraré contra el ciempiés, las armas para vencerlo como la literatura, el cine, la televisión, armas que, oh paradoja, se pueden volcar en contra mía y aliarse con el ciempiés en caso de no cubrir las expectativas de este narrador.
La primera aparición del ciempiés en mi vida. Tengo diez años. Juego policías y ladrones con otros niños. Una tía nos llama: el show del payaso va a comenzar. Corremos hacia las sillas dispuestas frente a una tarima. Sale el payaso, demacrado y con una incipiente forma de dromedario viejo, sin la menor gracia, movimientos torpes y mecánicos. El maquillaje le da un efecto lastimero. Jamás un payaso, sólo un individuo haciendo payasadas destilando su miseria y frustración.
Tras una serie de actos desafortunados, suelta un repertorio de chistes tan insulsos y gastados que nadie se ríe. En ese momento escucho un zumbido desagradable que me da escalofríos y me es imposible de olvidar. Proviene de un árbol del jardín. Una alimaña negra con múltiples patas se asoma de entre las ramas, con su cuerpo onduleante tapa el sol, me guiñe con uno de sus ojos de lodo y brinca sobre mi cuello, inoculándome el veneno del desencanto.
Mi padre, fiel discípulo de Baco y oriundo de la tierra de Mozart y Hitler, nos ha traído a esta fiesta a pesar de que odia ese tipo de celebraciones, sólo porque mi madre, la verdadera tía de la festejada, ha tenido que llevar a mi abuela a cambiarle las gomas a su muletas. Entonces el austríaco recurre al vino tinto para soportar a su familia política y se pone hasta el cepillo. Afortunadamente tiene un don para manejar ebrio y llegamos a casa sin contratiempos.
Mi madre y la abuela -cuya simpatía por su yerno era proporcional a la que yo sentía en ese entonces por las matemáticas- ven en el sillón verde de la sala "Siempre en Domingo" con Raúl Velasco. Al ver el estado etílico de mi padre, mamá y la abuela arman un escándalo: “¡Borracho irresponsable! ¡Maximiliano de quinta! ¡Mira que poner en peligro la vida de tus hijos!” Mi alpino progenitor las intenta calmar, lo que sólo aumenta la cólera de madre e hija. Se acaba la paciencia del austríaco y de un grito digno del más ronco mariscal prusiano, las calla de golpe.
Se desata la batalla campal, por un lado las lanzas y los dardos envenenados aztecas, por otro los cañonazos germánicos. Como telón de fondo la voz de Raúl Velasco presentando a la juvenil Yuri. Para ese entonces el ciempiés vuela pletórico por toda la sala.
De pronto mi padre voltea a ver a la pantalla, donde la cantante jarocha canta su éxito “Osito Panda”. Lanzando otro insulto en alemán, se precipita sobre el televisor, lo carga y lo estrella contra la pared callando ipso facto la ochentera melodía.
El austríaco suelta un suspiro de alivio y sin decir nada más se va a su cuarto a dormir. Mamá y la abuela se quedan boquiabiertas, ojicuadradas y jesusimplorantes. Desde ese entonces el "aún hay más" de Don Raúl y "El osito panda" de Yuri me provocan vómito.
Harald Rumpler
http://www.ciudadcultura.com.mx/
Este espacio relatará las batallas que libraré contra el ciempiés, las armas para vencerlo como la literatura, el cine, la televisión, armas que, oh paradoja, se pueden volcar en contra mía y aliarse con el ciempiés en caso de no cubrir las expectativas de este narrador.
La primera aparición del ciempiés en mi vida. Tengo diez años. Juego policías y ladrones con otros niños. Una tía nos llama: el show del payaso va a comenzar. Corremos hacia las sillas dispuestas frente a una tarima. Sale el payaso, demacrado y con una incipiente forma de dromedario viejo, sin la menor gracia, movimientos torpes y mecánicos. El maquillaje le da un efecto lastimero. Jamás un payaso, sólo un individuo haciendo payasadas destilando su miseria y frustración.
Tras una serie de actos desafortunados, suelta un repertorio de chistes tan insulsos y gastados que nadie se ríe. En ese momento escucho un zumbido desagradable que me da escalofríos y me es imposible de olvidar. Proviene de un árbol del jardín. Una alimaña negra con múltiples patas se asoma de entre las ramas, con su cuerpo onduleante tapa el sol, me guiñe con uno de sus ojos de lodo y brinca sobre mi cuello, inoculándome el veneno del desencanto.
Mi padre, fiel discípulo de Baco y oriundo de la tierra de Mozart y Hitler, nos ha traído a esta fiesta a pesar de que odia ese tipo de celebraciones, sólo porque mi madre, la verdadera tía de la festejada, ha tenido que llevar a mi abuela a cambiarle las gomas a su muletas. Entonces el austríaco recurre al vino tinto para soportar a su familia política y se pone hasta el cepillo. Afortunadamente tiene un don para manejar ebrio y llegamos a casa sin contratiempos.
Mi madre y la abuela -cuya simpatía por su yerno era proporcional a la que yo sentía en ese entonces por las matemáticas- ven en el sillón verde de la sala "Siempre en Domingo" con Raúl Velasco. Al ver el estado etílico de mi padre, mamá y la abuela arman un escándalo: “¡Borracho irresponsable! ¡Maximiliano de quinta! ¡Mira que poner en peligro la vida de tus hijos!” Mi alpino progenitor las intenta calmar, lo que sólo aumenta la cólera de madre e hija. Se acaba la paciencia del austríaco y de un grito digno del más ronco mariscal prusiano, las calla de golpe.
Se desata la batalla campal, por un lado las lanzas y los dardos envenenados aztecas, por otro los cañonazos germánicos. Como telón de fondo la voz de Raúl Velasco presentando a la juvenil Yuri. Para ese entonces el ciempiés vuela pletórico por toda la sala.
De pronto mi padre voltea a ver a la pantalla, donde la cantante jarocha canta su éxito “Osito Panda”. Lanzando otro insulto en alemán, se precipita sobre el televisor, lo carga y lo estrella contra la pared callando ipso facto la ochentera melodía.
El austríaco suelta un suspiro de alivio y sin decir nada más se va a su cuarto a dormir. Mamá y la abuela se quedan boquiabiertas, ojicuadradas y jesusimplorantes. Desde ese entonces el "aún hay más" de Don Raúl y "El osito panda" de Yuri me provocan vómito.
Harald Rumpler
http://www.ciudadcultura.com.mx/
Señor Harald Rumpler:
Antes que nada póngase de pie, sáquese las manos de los bolsillos y quite esa cara de mustio. Muy bien. Se le acusa de haber nacido en el DF hace más de tres décadas. Se le acusa de ser hijo de beodo padre austríaco y beata madre mexicana. Se le acusa haber pasado su infancia entre las caricaturas, los cómics de Asterix y Obelix, el fútbol callejero, el Nintendo y, gracias a su polsteriano progenitor, entre uno que otro libro. Se le acusa de ser expulsado de media docena de escuelas durante su adolescencia. Inspirado por Somerset Maugham y Malcolm Lowry, se le tiene por calentador profesional de bancas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Se le acusa de que a pesar de su edad no se ha casado ni se ha comprado su casa de Infonavit a cuarenta años ni ha engendrado descendencia. Se le acusa de excederse con los tacos árabes, el whisky, el tabaco y las colombianas. Se le acusa de no creer en dios cuando ve a un perro atropellado a un lado de la carretera. Por todo esto y más, con la venia del jurado, lo sentencio a escribir cada mes una columna para Polanco Street Magazine.
Harald Rumpler
http://www.ciudadcultura.com.mx/
Harald Rumpler
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